“Me interesa una política donde no todo
es posible, donde no se traicione
a los
propios electores al día
siguiente de
las elecciones”
- Andrea Camilleri -
Nada más lejos de mi intención que caer en el catastrofismo. Siempre entendí que casi todas las
situaciones negativas pueden convertirse –o reciclarse- en positivas. Decía
Bertolt Brecht: “Las revoluciones se producen en los callejones sin salida”. No
iba desencaminado este visionario alemán de los cismas sociales y/o políticos.
Nuestro sufrido país se está convirtiendo a pasos agigantados en un
imprevisible polvorín. Las necesarias respuestas ciudadanas a una situación social
verdaderamente injusta y carente de soluciones políticas crecen cada día. Todos los analistas coinciden de manera
mayoritaria que, en España, el grado de civismo mostrado en las protestas
callejeras es el mejor de Europa. Pero aquí podríamos hacer referencia a
aquello de que...”En río revuelto ganancia de pescadores
(francotiradores)”. Vamos a asistir en
los próximos años a una situación social verdaderamente insostenible: los ricos
aumentarán considerablemente sus riquezas y los pobres también lo harán con su pobreza. Son términos que siempre caminaron cogidos de
la mano. Los derechos, sociales y laborales, conquistados con tanto esfuerzo en las últimas décadas en la Vieja Europa han volado por los
aires. La Crisis –maldito y
aprovechado concepto- ha podido con todo y con todos. Olvidémonos en el futuro
de la necesaria y democrática negociación laboral colectiva. También obviemos
la consideración de que las fuerzas productivas se sustentan en los
trabajadores. Contratarán como quieran y a quienes quieran. De hecho, en la
actualidad, ya lo están haciendo. Todos
conocemos, en el plano más cercano, situaciones de abusos laborales (tanto en
el fondo como en la forma). Las prestaciones y la calidad de Educación y
Sanidad van a depender prioritariamente de las posibilidades económicas de
quienes las soliciten. Los Sindicatos
bastante tienen en como salir ilesos de los laberintos judiciales como para
preocuparse de los trabajadores. Nuestro
país literalmente ha sido saqueado en los últimos diez años y las consecuencias
producidas son bien latentes en la actualidad.
Solo nos queda un rearme cívico de la ciudadanía y comprender, más
pronto que tarde, que nadie vendrá a sacarnos del pozo. Este año posiblemente veamos la luz del túnel
en la Economía
española sin que la mucha gente que se mantiene a oscura la vea por ninguna
parte. Poco debía extrañarnos que en una sociedad compuesta por tantos
mercaderes sin escrúpulos el botín sea lo más importante. Estamos sentados sobre un polvorín y aún a
riesgo de ser considerado un agorero así lo percibo y así lo escribo. Miseria y rebelión siempre se manejaron con
los mismos sones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario