Es un ascua de candela
prendida en el eterno
Martes Santo.
Alfileres de plata
que unen belleza y fe.
Un palio entre magnolios
abriendo los surcos de la noche.
Un trasiego de emociones
compartido entre la luna
y los recuerdos.
Sublime devoción atada
al ayer que siempre vuelve
para quedarse.
Paloma de Judería
posada en los alados
almendros de nata.
Ella pasa para volver
y nosotros pasamos,
ahítos de gozo y pena,
buscando sus ojos.
Ella está donde debe
y quiere. Nosotros,
para siempre, donde
Ella quiere que estemos.
Es un ascua de candela….
(de “Tiempo de Incertidumbre -2013)
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