Las urnas, como máxima expresión de la Democracia, han dictado
su inapelable sentencia democrática en Andalucía. Los diputados se reparten de
la siguiente forma: 47 escaños para el PSOE, 33 para el PP, 15 para PODEMOS, 9
para CIUDADANOS y 5 para IU. ¿Y ahora qué? A pesar de que todos los Partidos
sin excepción dijeron en campaña, por activa y por pasiva, que no contemplaban
la posibilidad de ningún pacto no les va a quedar otra. Doña Susana Díaz, dando por hecho que
conseguiría la mayoría absoluta, se tiró al vacío sin paracaídas convocando
nuevas Elecciones. Sabía que en los próximos meses el avance de PODEMOS podría
ser imparable en Andalucía (y por ende en toda España) y que su socio (IU) en
horas muy bajas andaba más preocupado en soltarse de su mano para agarrarse a
la del Partido de Pablo Iglesias. Justo es reconocerle que la jugada le ha
salido bien aunque si lo que se pretendía era conseguir la mayoría absoluta
esto no ha sido posible. Al final después del enorme coste económico electoral
se queda su Partido (PSOE) como estaba: 47 escaños. Aguanta, eso si, el tirón electoral cosa que se presentaba
bastante complicada. Los grandes perdedores son el PP e IU (¿para que han
servido las visitas de fines de semana de Rajoy y sus Ministros?). Que cada
cual saque sus propias conclusiones. Al final se ha demostrado que los
políticos que hacen de la política una profesión se olvidan de tomarle el pulso
a la calle. La política española está bajo mínimos (la andaluza ni les cuento)
y el déficit democrático empieza a ser preocupante. La gente está hastiada de tantas mentiras y de
tanto corrupto suelto (algunos ya afortunadamente agarrados). El adelanto
electoral en esta amada y maltratada tierra solo ha servido para que los
políticos saquen en campaña sus miserias a pasear y se haya dilapidado en la
misma una enorme cantidad de dinero (unos cuantos millones de euros). Esto da
igual pues lo pagamos entre todos los ciudadanos. Salvo honrosas y contadas
excepciones nuestra clase política actual es de una superficialidad y
mediocridad alarmantes. ¿Leen algo alguna vez esta gente aunque sea el “Marca”?
Por un ejercicio de higiene mental y moral he tratado de pasar olímpicamente de
este esperpento electoral en que han convertido la tierra de nuestros mayores.
Recuerdo una mañana en la radio oír decir a doña Susana Díaz que había llegado
el momento de abrir las ventanas de par en par para que entrara el aire fresco.
Esto lo dice la máxima dirigente andaluza (¿y nacional?) de un Partido (PSOE) que
lleva más de treinta años gobernando en Andalucía. Un dirigente del PP (creo que se llama Antonio
Sanz y que es Delegado del Gobierno) decía que como podían votar los andaluces
a un Partido que viene de Cataluña y que su máximo dirigente se llama Albert
(¿). ¡Tira millas moreno que vienen curvas! ¿Y el numerito de PODEMOS con la
titularidad de la Giralda
y el de nuestra Semana Santa? Ahora llegarán las reuniones para articular una “forma de gobierno” en
Andalucía. ¿Quizás PSOE y CIUDADANOS? En
fin, esta fragmentación ideológica (posiblemente necesaria) es una consecuencia
lógica del descontento imperante en una sociedad harta de que la tomen por
tonta. ¿Y ahora qué? ¿Saldremos de una vez de nuestro ancestral subdesarrollo? La
pregunta está en el aire que mueve los cordeles de las azoteas y las veletas de
los campanarios. Suenan por esta tierra
campanas nuevas y ya nada volverá a sonar – y ser- como antes. Veremos hacia
donde vamos y, lo peor, hacia donde nos llevan. ¿Y ahora qué? La respuesta está en el viento.
Dylan lo dijo.
ResponderEliminarTambién he leído una soleá en un blog trianero, el de Aurelio Verde, magnifico poeta. Dice:
Tan hecho al yugo que está
que sin el yugo no vive
y uncido así seguirá.
Un saludo, José Luis Tirado.