viernes, 1 de mayo de 2015

1 de Mayo





El tiempo pasa y a su paso se lleva con él la esencia que da sentido a las cosas. Hoy estamos a 1 de Mayo y hasta hace muy pocos años esta fecha estaba considerada la Fiesta de los Trabajadores. Una jornada reivindicativa donde la clase trabajadora mostraba en la calle de manera pacifica que si bien era mucho el camino andado    todavía quedaba un gran trecho por recorrer. Hoy las cosas han variado considerablemente y no precisamente porque los trabajadores no tengan muchas tropelías contra las que luchar. La clave es que los Sindicatos que en teoría debían defender sus intereses (no los suyos sino los de los trabajadores) andas enredados en otras cuestiones menos nobles. Con la excusa de la Crisis los trabajadores de la Vieja Europa han visto como se han desactivado los derechos adquiridos tras muchos años de durísimo sacrificio. Hoy la Clase Obrera está severamente fragmentada y sus prioridades se diversifican en función de las apremiantes necesidades de millones de personas. Los hay trabajando de manera más o menos fijos. Están los que trabajan con contratos temporales y salarios basuras. Los hay desempleados que cobran el paro. Luego están los que una vez agotadas todas las prestaciones se sitúan dentro de la pobreza más extrema. Las mujeres que trabajan siguen cobrando, por los mismos trabajos, menos que los hombres. Todo nació el día que con la excusa del “Estado del Bienestar” nos convencieron que, exceptuando a los mendigos que pedían en las puertas de las iglesias, todos formábamos ya parte de la hoy devaluada Clase Media. Con el panorama actual más que “Conciencia de Clase” lo que prevalece es la supervivencia individual y/o familiar del día a día. Curiosamente a la par que han aumentado los ataques a los derechos de los trabajadores ha disminuido considerablemente la asistencia a las “manifestaciones” del 1 de Mayo.  ¿Motivos?  La nula credibilidad que Partidos de Izquierda y Sindicatos les ofrecen a los trabajadores. Las ideologías duermen indefensas en la cuna del pragmatismo político y en brazos de un Sistema económico al que se le puede llamar cualquier cosa menos justo y equitativo. El fantasma del populismo planea sobre nuestras cabezas y los que han generado a estas palomas ahora se quejan de que se les caguen en sus azoteas y piscinas. Veremos.


Juan Luis Franco – Viernes Día 1 de Mayo del 2015

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