jueves, 23 de julio de 2015

Ser o no ser


 

Algunos amigos que saben el gran afecto que siento por mi Hermandad de Pasión me reclaman (también desde el afecto) que debía manifestarme sobre el espinoso asunto que padece actualmente esta querida Corporación del Jueves Santo y, más concretamente, sobre la tardanza del psiquiatra sevillano, Javier Criado, en renunciar a través de la dimisión de su cargo de Hermano Mayor. Primero dejar perfectamente claro que, al amparo de la Constitución española, la presunción de inocencia del ciudadano don Javier Criado Fernández está fuera de toda duda. Igualmente las presuntas victimas que en un principio fueron seis y ya superan la treintena también tienen perfecto derecho a denunciar cuanto consideren oportuno. Serán los jueces, en definitiva, quienes en función de los testimonios y las pruebas aportadas sean los que determinen  la resolución de este doloroso asunto y que de manera colateral tanto está afectando a la Hermandad de Pasión. Don Javier Criado Fernández hace ya tiempo que tenía que haber presentado su dimisión y procurar que la Hermandad no ande de boca en boca rulando por el país. Esto no conllevaría el asumir ninguna culpa sino más bien todo lo contrario: salvaguardar el buen nombre de una Hermandad por la que Javier Criado tanto ha hecho y luchado a lo largo de muchos años. El silencio de la “Sevilla oficial” (la que Antonio Machado no quería ver ni en pintura…”Sevilla sin sevillanos”) ante este espinoso asunto ha sido clamoroso y se ha puesto en marcha la maquinaria de los afectos incondicionales y la de los enemigos irreconciliables. Dada mí condición de hermano de base de la Hermandad de Pasión ignoro los mecanismos que tiene esta querida corporación para que esta dimisión no se alargue más en el tiempo. No se puede ya argumentar que don Javier Criado Fernández dimitirá cuando, caso de hacerlo, lo estime oportuno. Empieza a ser ya muy tarde. Hace unos días un impresentable perteneciente a una organización política a punto de desaparecer por el sumidero del estalinismo tachó a las imágenes de nuestra Semana Santa de muñecos.  ¿Qué se puede esperar de alguien que muestra tal falta de respeto ante la fe de miles y miles de sevillanos y sevillanas?  Pero, no nos engañemos, la munición a esta plebe se la estamos proporcionando nosotros con nuestro pusilánime comportamiento. He dudado mucho antes de escribir estas líneas pues nunca me gustó la figura de los oportunistas inquisidores ni tampoco el falso corporativismo con olor a mirra e incienso.  Dejemos que la justicia siga su curso y no encendamos contra nadie las antorchas que, algunas veces, terminan por quemar a sus portadores.  Ser o no ser esa es la cuestión.

 

 

Juan Luis Franco – Jueves Día 23 de Julio del 2015

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