miércoles, 23 de septiembre de 2015

La medida de Dios





A Manolo Carramolino, príncipe de las mareas

Un ayer fugaz de hoces y martillo
atado a un presente encorbatado.
Una golondrina de vuelo reposado
con la ilusión prendida de un chiquillo
nacido en un corral llamado Arquillo.
Luna de abril sin tiempo ni medida
bravo torero que añora la corrida.
Paloma que anida en dulce palomar
triste canción de un dulce despertar:
cuando ya Dios nos pone su medida.


Juan Luis Franco – Miércoles Día 23 de Septiembre del 2015

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