lunes, 26 de octubre de 2015

Restauración





Hay que autoanalizarse constantemente,
me miro al espejo y es una de las cosas
más difíciles que hay, pero es un proceso
del que se puede aprender mucho”
- Oliver Stone -

Creo recordar que fue el añorado actor Juan Luis Galiardo a quien le leí que a ciertas edades más que acicalarse de lo que se trata es de someterse cada día a un proceso de restauración. Saltas de la cama buscando el cuarto de baño y después de encender la luz te miras en el espejo a ver si la noche te ha dejado secuelas. Mientras lo que veas no te asuste todo va bien.  Te recomiendan cremas que anuncian en televisión personas que por su juventud y lozanía poco o nada parecen necesitarla. Te halagan cuando te dicen –puede que hasta con total sinceridad- que te mantienes muy bien para tus años. Por lo visto de eso se trata: de mantenerse.  Lo hacemos como si fuéramos tablones flotando en la mar serena procedentes del naufragio del barco de la juventud. El mismo en el que un día ya lejano navegamos a todo trapo contra viento y marea. Soy de los convencidos (salvando la abismal distancia y la petulancia por mi parte) junto a Arturo Pérez Reverte que, a ciertas edades, contra menos fotos nos hagamos mucho mejor. La decadencia física no se esconde pero tampoco se exhibe. Quiero recordar a mi madre cuando aún era joven y cantaba “María de la O” mientras lavaba en el patio del Corral de vecinos donde vivíamos. Lo que me encuentro para recordarla son fotos de una señora muy mayor, sentada en un carrito y con la mirada triste y ausente. ¿Qué tienen que ver esas imágenes fotográficas con lo que fue y era mi madre?  A partir de los cincuenta años hay que huir como alma que lleva el diablo de los miles de cámaras que hoy (con los móviles) nos acechan por las esquinas.  Ahora, con la moda de los selfies, la gente se hace fotos ellas mismas.  Cuidarse es elemental para que la salud no se nos resquebraje y, aparte de por nosotros mismos, no ser una carga añadida para aquello/as que bien nos quieren.  Seguiremos pues sometiéndonos cada día a este proceso de restauración que, a base de cremas y potingues, consigue retrasar momentáneamente los estragos inevitables que provocan los años.  Restauraciones con olores a Aloe Vera. Las cremas antioxidantes y antiarrugas al poder.


Juan Luis Franco – Lunes Día 26 de Octubre del 2015

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