lunes, 5 de septiembre de 2016

La Niña de los Peines




Mi marío no está aquí

que está en la Guerra de Francia

buscando con un candil

a una picara mulata”

- Tangos al  Gurugú -



Pastora María Pavón Cruz, “La Niña de los Peines”, la hija del Paíti, se nos configura junto con su hermano Tomás como la cima del Cante Flamenco.  Con ella –con ellos- el Cante vuela en libertad y, como todo lo verdaderamente clasicista, ganando enteros conforme avanza imparable el tiempo. Pastora es moderna y antigua a la vez y en ella se encuentra la eternidad del Cante Jondo y, de paso, nos busca y convoca a nosotros los buenos aficionados.  Todos tenemos en la vida y en el Arte nuestras preferencias y desavenencias. Esto es tan legítimo como natural. Nunca he ocultado, ni falta que hace, que soy un caracolero converso y confeso que muere con el bronce eterno de la voz de Manolo Caracol. Esto no es óbice para reconocer que Pastora Pavón es mucha Pastora como para no sentirme un orgulloso miembro de su fiel y leal infantería.  Recuerdo que la noche del día que enterramos a mi padre me llevé hasta la amanecida escuchando Flamenco.  Pasaba de Pastora a Caracol y de este a Vallejo (el gran referente de mi padre) sin detenerme ni un momento en las anchas veredas de la pena. Lloré como solo lloran los hombres cuando consiguen recuperar al niño que todos llevamos dentro. Necesitaba aquella noche que el Cante actuara como un bálsamo purificador contra las orfandades que a todos nos acechan. Pastora y Vallejo me empujaban a la desembocadura de las emociones y Caracol me rescataba de un posible naufragio.  Eso es el Flamenco: Arte, Cultura y, sobre todo, la vida a través de la nobleza de las emociones.  Pastora porta en sus genes lo mejor del Cante andaluz y, junto con su hermano Tomás, siempre está poniendo banderas en la parte más alta y noble de esta tierra nuestra.  Históricamente a los andaluces no pocas veces no han hurtado el sustento, pero que no nos quiten también la Cultura popular. Nos quedaríamos sin pan y sin alma.  Pastora y Tomás; Tomás y Pastora y el Cante está dicho y hecho. Dos hermanos a los que Dios les encargó que escribieran la Biblia del Cante Flamenco. A ciencia cierta se puede afirmar que lo bordaron.





Juan Luis Franco – Lunes Día 5 de Septiembre del 2016





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