Mi marío no está aquí
que está en la Guerra de Francia
buscando con un candil
a una picara mulata”
- Tangos al Gurugú -
Pastora María Pavón Cruz, “La Niña de los Peines”, la hija del Paíti, se nos configura junto con su
hermano Tomás como la cima del Cante Flamenco. Con ella –con ellos- el Cante vuela en libertad y, como todo lo verdaderamente clasicista,
ganando enteros conforme avanza imparable el tiempo. Pastora es moderna y antigua a la vez y en ella se encuentra la
eternidad del Cante Jondo y, de paso,
nos busca y convoca a nosotros los buenos aficionados. Todos tenemos en la vida y en el Arte nuestras preferencias y
desavenencias. Esto es tan legítimo como natural. Nunca he ocultado, ni falta
que hace, que soy un caracolero converso y confeso que muere con el bronce
eterno de la voz de Manolo Caracol. Esto no es óbice para reconocer que Pastora Pavón es mucha Pastora
como para no sentirme un orgulloso miembro de su fiel y leal infantería. Recuerdo que la noche del día que enterramos
a mi padre me llevé hasta la amanecida escuchando Flamenco. Pasaba de Pastora a Caracol y de este a Vallejo
(el gran referente de mi padre) sin detenerme ni un momento en las anchas
veredas de la pena. Lloré como solo lloran los hombres cuando consiguen
recuperar al niño que todos llevamos dentro. Necesitaba aquella noche que el Cante actuara como un bálsamo
purificador contra las orfandades que a todos nos acechan. Pastora y Vallejo me
empujaban a la desembocadura de las emociones y Caracol me rescataba de un posible naufragio. Eso es el Flamenco:
Arte, Cultura y, sobre todo, la vida
a través de la nobleza de las emociones.
Pastora porta en sus genes lo
mejor del Cante andaluz y, junto con
su hermano Tomás, siempre está
poniendo banderas en la parte más alta y noble de esta tierra nuestra. Históricamente a los andaluces no pocas veces
no han hurtado el sustento, pero que no nos quiten también la Cultura popular. Nos
quedaríamos sin pan y sin alma. Pastora y Tomás; Tomás y Pastora y el Cante está dicho y hecho. Dos hermanos a los que Dios les encargó que escribieran la Biblia
del Cante Flamenco. A ciencia cierta
se puede afirmar que lo bordaron.
Juan Luis Franco – Lunes Día 5 de Septiembre del 2016
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