Resulta más que evidente que para poder opinar con una cierta garantía
de credibilidad es imprescindible estar bien informados. Hoy, asimilar la
información, se nos presenta como una tarea ciertamente compleja. Dejando al margen la radio, que
afortunadamente todavía goza de una excelente salud democrática,
fundamentalmente nos informamos a través de los informativos de las distintas
televisiones. Los informativos televisivos coinciden con las horas en que nos
sentamos a la mesa para matar el gusanillo del hambre. Con la mesa puesta y a
punto de mover la cuchara o el tenedor vemos las terribles consecuencias de un
bombardeo en Alepo sacando niños de
entre los escombros. Tienen el miedo más atroz reflejado en sus rostros y sus
cuerpos están embadurnados de un polvo blanco con sabor a muerte. Después nos dan como segundo plato la noticia
el que un “hombre” ha asesinado a su
esposa y a sus dos hijos pequeños descuartizándolos después. Para el postre contemplamos
una sala donde se enjuicia a gente que han desvalijado las arcas públicas y los
observamos tranquilos, relajados y en perfecto estado de revista. “Presuntos” ladrones impasibles ante el Estado de Derecho luciendo en sus
muñecas lujosos relojes y que se han llevado lo que tantas familias necesitan
para sobrevivir. Los políticos salen en televisión para mostrarnos una sociedad
que en nada se parece a la que tenemos y padecemos. Todas las noticias que se
nos facilitan son casi siempre interesadamente manipuladas a conciencia. En el
apartado deportivo y a pesar de tratarse de televisiones estatales solo tienen
tiempo para dedicárselo al Madrid o
al Barcelona (últimamente y en menor
medida también al Atlético de Madrid). Los demás Equipos
(o deportes ajenos al fútbol) tienen una escasa cobertura. ¿Con este bagaje
podemos asegurar de que estamos bien informados? Las noticias siempre son
tamizadas en función de la ideología o intereses de cada Cadena. Tenemos, a que dudarlo, grandes periodistas pero siempre
están sujetos a las directrices del medio que les da su sustento. Una noticia,
referente a una manifestación callejera, dirá en un Canal
que la asistencia ha sido de treinta mil personas y en otro Canal dirá que ha sobrepasado el medio
millón. Todo en aras de fobias y filias partidistas. Al final la información
siempre dependerá de nuestra capacidad de analizar con objetividad los datos
que se nos ofrecen. Estamos permanentemente manipulados y nunca como ahora
hemos sido más permeables a la realidad (mentira) virtual. Más que estar informados estamos intoxicados
hasta más no poder. Piensan por nosotros
y, lo que es peor, también deciden en nuestro nombre.
Juan Luis Franco – Viernes Día 17 de Marzo del 2017
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