viernes, 2 de junio de 2017

Procesando




“Lo sorprendente no es que una

persona inteligente diga una

estupidez sino que un estúpido

diga algo inteligente”



Procesando que es gerundio. Vivimos una época donde la información nos llega desde fuentes muy diversas y llevando implícita su pronta fecha de caducidad.   El “notición” de un lunes a las diez de la mañana a las seis de la tarde ya será amortizado y el martes será carne de hemeroteca.  Intentar procesar todo cuanto nos llega y distinguir lo verdadero de lo falso se nos presenta una tarea arduamente compleja. Lo positivo y lo negativo se entremezclan en el difuso campo de las ideas. Somos demócratas en una democracia secuestrada por corruptos y falsos legisladores. Los referentes morales y/o intelectuales que toda sociedad necesita son obviados y marginados de manera sistemática.  Gente con inquietudes culturales dentro de una Cultura que confunde lo falsamente transversal con el verdadero vanguardismo y lo obsoleto con lo tradicional. Fabricantes de dioses hechos a la medida de sus espurios intereses nos lanzan proclamas donde poco –o nada- interesan las vidas de las personas. Ateos que se llevan más tiempo hablando (mal) de Dios que los propios creyentes.  Nos hicieron colgar nuestros principios en el perchero de la historia para demostrarnos  que sin “ellos” la vida se vuelve más placentera. La verdad tiembla dentro del territorio de la mentira que han instalado en nuestras vidas. Procesamos cuanto nos llega a salto de mata y  los “buenos” y los “malos” se confunden en la nebulosa de los días.  La “Teoría del caos” hace tiempo que marcó en nuestras vidas sus implacables pautas de comportamiento.  Buscamos inútilmente la justicia en la legalidad y la decencia entre los mercaderes del todopoderoso dinero. Pero, como buenos gladiadores, no abandonaremos el “circo” sin vender cara nuestra derrota. España antes olía a pueblo y hoy huele a fibra óptica y a mentiras programadas. Estuvimos, estamos y estaremos procesando la vida que nos ha tocado vivir. Confundidos en un laberinto sevillano de claveles, rosas, setos de mirtos y cipreses. Nadie hablará (bien) de nosotros ni estando ya en el reino de los ausentes.   





Juan Luis Franco – Viernes Día 2 de Junio del 2017



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