sábado, 31 de octubre de 2020
El violinista en el tejado
Si hay un sentimiento que define hoy a los sufridos habitantes de este país llamado España es el desosiego. El aumento de los contagios y los fallecimientos por el virus son tremendos. El día que se debatía algo tan fundamental en el Parlamento como la duración del Estado de Alarma nuestro Presidente hizo mutis por el foro. ? Tenía algo más importante que hacer en ese momento? Mal vamos (asumiendo la carga de demagogia) si en la Agenda del Presidente la salud de los españoles no ocupa la primera posición. Lo de la Presidenta de la Comunidad de Madrid es un canto al Esperpento de don Ramón María del Valle - Inclán. Con una obsesión enfermiza practica el frentismo más radical. Llega a acuerdos con Presidentes de otras Comunidades (uno de ellos de su propio Partido) que luego desdice en la posterior Rueda de Prensa. Va a terminar confinando Madrid por horas. Tiempo al tiempo. Estamos instalados en un desvarío donde el Mando Único se diluye en 17 Mandos Territoriales. Los "negacionistas" exigen ruidosamente en la calle "Libertad".....para poder seguir contagiando a los demás. Los dirigentes que de continuo exigen responsabilidad a los ciudadanos asisten a una entrega de premios donde se premia todo menos el sentido común. El "Violinista en el tejado' interpreta a Chopin mientras en la Piel de Toro suena con estruendo "Paquito el chocolatero". Una situación tragicómica si no fuera por que está llenando de luto y desesperación a muchísimas familias españolas. Mal vamos y lo peor es que la gente está convencida de que lo malo está aún por llegar.
jueves, 29 de octubre de 2020
Imitación a la vida
A que negarlo: la Pandemia, la maldita Pandemia, se encuentra bastante cómoda entre los inconscientes y los irresponsables. Entre lo que observo en mis cortos paseos mañaneros y lo que veo en mis cortas incursiones televisivas me queda una gran sensación de inseguridad. Adopto, como buen ciudadano temeroso de la Ley de Dios y respetuoso con las de los hombres, todas las medidas de seguridad e higiene que me son transmitidas. Mascarilla, distancia social, lavado frecuente de manos, ventilación domiciliaria y enclaustramiento franciscano donde la música, la lectura y el cine doméstico se me configuran como fieles compañeros de este incierto viaje existencial. Más que agobiado (que no lo estoy) me embarga la preocupación ante la incertidumbre de un futuro que, a ciertas edades, se presenta lejano y cercano a la vez. No es momento de hacerse preguntas existenciales que solo pueden generar, más que respuestas, nuevas preguntas. Soñar es, además de gratis, necesario para seguir viviendo. Poder un día (espero que no muy lejano) abrazar a mis nietos y mirar y ser mirado sin el trampantojo de una mascarilla. Comprobar que los inconscientes e irresponsables ya solo puedan hacerse daño a ellos mismos. Ese día llegará y pondré todo cuanto esté de mi parte para no perdermelo. Ahora toca vivir imitando a la vida.
martes, 27 de octubre de 2020
Parrita
La muerte, esa siniestra Dama de negro, sigue golpeando de manera inmisericorde al Mundo de los sentires flamencos. En muy pocos días se nos han ido algunas figuras de muy especial relevancia en este Arte tan peculiar como majestuoso. Primero nos dejó Susana Amador Santiago "La Susi" , una Cantaora excepcional de la saga de los Amador que con su Cante hacia llorar a las piedras. Después doña Dolores Caballero Abril "Dolores Abril" una gran señora dentro y fuera de los escenarios. Compañera inseparable de uno de los genios del Cante Flamenco como fue Juanito Valderrama. Esta mañana me desayuno con la noticia del fallecimiento de Vicente Castro Jiménez "Parrita". Este gitano que reinó durante muchos años en la rumba y la balada gitana tenía una voz prodigiosa y gitanisima. La genial Lola Flores solía decir que: "Como canta Parrita por Tangos no canta nadie". Tenía 63 años de edad y nos deja un reguero de títulos inmortales: "Luna de plata", "Ay, Lucía", "Una gitana del Rastro" y el "Dama, dama" de Cecilia que tuvo una repercusión extraordinaria. En la última grabación de Paco de Lucía ("Canción andaluza") canta una Zambra gitana pues Paco tenía especial interés que Parrita estuviera en esa grabación. Su figura oronda y de barba poblada era la de un bondadoso y sabio patriarca gitano. Los que supieron darnos tantos momentos de felicidad nunca morirán en nuestros corazones.
lunes, 26 de octubre de 2020
La llamada de la calle
En la 1 de TVE había un debate sobre la Pandemia con corresponsales extranjeros destinados en nuestro país. Uno de ellos comentó que en Suiza se sienten muy aliviados. El motivo era que por fin se va a levantar el veto de la distancia social de los dos metros. Ya los suizos podrán relacionarse como toda la vida: a cinco metros. Los datos de la Pandemia en España son tremendos. Hemos sobrepasado de largo el millón de contagios (la cifra más alta de Europa) y la lista de fallecidos es un suma y sigue desolador. Parece ser que con los datos en la mano, más pronto que tarde, se vislumbra un nuevo confinamiento total. Cuando se les pregunta a los expertos los motivos del "desmadre viral" de esta "Segunda ola" apuntan varios factores. Pésima gestión política de la Pandemia con medidas tardías y mal sincronizadas. Caso omiso a los criterios y advertencias de los científicos. Olvido sistemático a las demandas del personal sanitario. Luchas partidistas ideológicas que priorizan los intereses políticos antes que la salud y el bienestar de las personas. Por último algo que va en consonancia con el carácter español y que consiste en: afabilidad social, espíritu callejero y una cierta anarquía existencial. Aquí los besos, abrazos y achuchones forman parte de nuestra cotidianidad. Eso está muy bien pero ahora en circunstancias tan especiales toca lo que toca. No se trata de tomar la calle, se trata de que la calle (el virus) no nos tome a nosotros. Nos va la vida en ello. Estado de alarma. Toque de queda. Confinamiento. Zonas perimetrales. Todos conceptos difusos y ambiguos que nos llevan inexorablemente a un dilema existencial: la calle o la vida.
jueves, 22 de octubre de 2020
Variaciones sublimes
"La Estética roza en realidad la Teología" (Glenn Gould)
Johann Sebastian Bach (1685-1750) compuso en 1741 una obra musical para teclado llamada "The Goldberg Variations" ("Variaciones Goldberg"). Una maravillosa creación nacida del talento y la sensibilidad de un Genio de la talla inmensa de Bach. El título de esta composición procede del nombre de uno de sus discípulos (Johann Gottlieb Goldberg). Tuvimos que esperar hasta mediados del siglo XX para que un intérprete al piano elevara esta composición a la cima de la Música Clásica. Ambos, compositor y pianista, dejaron en entredicho la teoría de que la perfección absoluta no existe. Glenn Gould (1932-1982), un pianista nacido en Toronto, fue el encargado con su ejecución de elevar al Olimpo de la Música las "Variaciones Goldberg". Gould se crió en una familia de músicos y dió su primer Concierto cuando tenía 13 años de edad. Unía a unas extraordinarias dotes para la Música un carácter cambiante y lleno de extravagancias. Solía tocar el piano sentado en una silla vieja y con las patas muy cortas. Algunas veces se descalzaba durante el concierto. Antes de cada actuación se lavaba las manos concienzudamente como un cirujano en las previas de una intervención quirúrgica. En su vestimenta habitual iba siempre provisto de guantes y bufanda (incluso en verano). Para algunos críticos Gould reconstruia las partituras de los clásicos con poco respeto hacia los mismos. Para otros Gould, tras un estudio profundo y laborioso de las composiciones, se metía hasta el tuétano en el alma de las mismas y las proyectaba hacia fuera en su máximo esplendor. Glenn Gould se cansó y en 1964 (cuando gozaba de una gran fama internacional) dejó sus actuaciones en directo para dedicarse exclusivamente a los Estudios de Grabación. A los 50 años de edad un derrame cerebral lo apartó definitivamente del Reino de los vivos dejándonos, eso sí, una obra discográfica (más de 60 grabaciones) verdaderamente majestuosa. Johann Sebastian Bach, Glenn Gould y una composición musical que los unió para la Eternidad: "Variaciones Goldberg".
lunes, 19 de octubre de 2020
La vida amortizada
A ciertas edades hay que saber gestionar muy bien las circunstancias adversas que la vida te va proporcionando. Lo daños colaterales de esta pandemia han sido generalizados pero, en el fondo, se ha cebado de manera inmisericorde con la gente mayor. Antes de la aparición del virus la Sociedad ya había dado muestras inequívocas de que la edad, la mucha edad, era algo que se amortizaba a través de una solapada marginación. Ser viejo lleva implícito unos mecanismos de comportamiento (deterioro cognitivo físico e intelectual) que resultan incómodos ante unos esquemas sociales que gratifica fundamentalmente a los elementos externos (la diversión tribal consumista como un fenómeno social de amplio alcance). El virus, la pandemia, no ha hecho más que mostrar la verdadera cara de una Sociedad que fabrica y programa un alto núcleo de irresponsables. Los mismos que no quieren dejar de serlos. La "Movida" no es más que un proceso alienatorio que la (mala) política ha llevado de forma interesada a un amplio segmento de nuestra juventud. Por un lado dicen: "Que se diviertan que son jóvenes, ya está bien de tanta represión" y por otro: "La juventud debe ser responsable y pensar en sus mayores". ?Pensar?, ahí está la clave. Para pensar ya están los ideólogos del Sistema donde hace ya mucho tiempo los valores morales y sociales ni están ni se les espera. Confunden a la juventud con falsas proclamas progresistas de que la Democracia son solo Derechos, que los Deberes vendrán con el paso de los años. La gente "vive" llena de desosiego entre el egoísmo de no pocos "políticos" y la irresponsabilidad de no pocos "ciudadanos".
jueves, 15 de octubre de 2020
Tocar fondo
Cuenta Jorge Valdano que cada vez que viaja a Argentina se suele reunir con un viejo amigo al que siempre le hace la misma pregunta. Le dice: ?Que tal van las cosas por aquí? y el amigo, de forma invariable, siempre le da la misma respuesta: 'Las cosas van mal, pero afortunadamente ya hemos tocado fondo". La cuestión, dice Valdano, es que esta respuesta se la viene dando desde hace treinta años. Metafóricamente el tocar fondo lleva implícito que como las cosas no pueden empeorar más está cerca la remontada. Estos largos meses tan raros y opresivos hemos estado tanteando con los pies por si por fin tocamos fondo. Parece ser que todavía estamos chapoteando en este mar de mentiras programadas llamado España. Hay gente que, sin caer en el derrotismo, distribuyen sus vidas entre momentos malos y muy malos. Están convencidos que la buena suerte siempre se para en las casas ajenas y se olvidan de las suyas. Cada día sueñan con tocar fondo pero no encuentran nada sólido bajo sus pies. Para muchos españoles tocar fondo ya se ha convertido en una quimera.
martes, 13 de octubre de 2020
La ambigüedad programada
En un corto periodo de tiempo Leo Messi se fue del Barcelona a través de un burofax y volvió por medio de una entrevista (poderoso caballero es Don Dinero). Si o no; no o si. Pedro Sánchez nos dejó muy claro a todos los españoles que le sería imposible presidir un Gobierno del que formara parte Pablo Iglesias. Esto provocaría una sobredosis de insomnio a la mayoría de los españoles (empezando por él mismo). Poco tiempo después descubrió que Pablo Iglesias era el aliado perfecto (aunque creo que por las noches no tendrá muy lejos la cajita de Dormidina). Si o no; no o si. Hemos descubierto que se puede ir contra la Monarquía por la mañana y por la tarde, en función del cargo, ser monárquico a tiempo parcial. Esto es humano: es el cargo y no la ideología quién proporciona un buen estatus social. Si o no; no o si. Pablo Casado anuló políticamente por radical a Cayetana Álvarez de Toledo para posteriormente subir a los altares a Isabel Díaz de Ayuso. Si o no; no o si. Intentar hoy estar bien informado se ha convertido en un ejercicio de masoquismo. Si o no; no o si. Vamos dando tumbos por estos laberintos insondables donde la ambigüedad campa a sus anchas. Si o no; no o si.
viernes, 9 de octubre de 2020
Hartazgo
En mis cada vez más menguados paseos mañaneros me suelo encontrar con gente por las que siento un gran aprecio. Valoro de ellos su ecuanimidad de cuánto argumentan y, sobre todo, el comportamiento cívico y racional de sus actos. Observo que en todos predomina actualmente un sentimiento que comparto plenamente: el hartazgo. Hartos de políticos más preocupados en defender sus parcelas de Poder que en atender, de manera prioritaria, los graves problemas que padecen cientos de miles de sus compatriotas. De sectarios y populistas que no dejan de remover las agitadas aguas para poder pescar en ríos revueltos. Hartos de tertulianos profesionales y "periodistas" que siempre apuntan sus comentarios en una sola dirección. Hastiados de independentistas de cartón piedra que viven instalados en un falso y muy rentable victimismo. Hartos de programas televisivos que solo pretenden "hacer Caja" llenando de inquietud y desosiego a quiénes los consumen. Las personas (fundamentalmente mayores) se siguen muriendo cada día enredadas entre la soledad y el olvido. Este virus ya no respeta ni a los Conventos de Clausura. Vivimos instalados en un peligroso doble virus: el de la Epidemia y el, no menos peligroso, que nos proporciona un amplio segmento de una Sociedad insolidaria e irresponsable. Estamos cansados y hartos pero no exentos de una necesaria dosis de rebeldía. Para entendernos: estamos hasta los huevos.
miércoles, 7 de octubre de 2020
No sin el sombrero
El Surrealismo en el Arte está perfectamente contextualizado. Sus orígenes, su desarrollo y sus artistas más relevantes son conocidos y gozan de la admiración y el respeto de todos cuantos amamos el Arte y, por extensión, valoramos su papel liberador. En la vida cotidiana nos tropezamos frecuentemente con momentos y situaciones que consideramos netamente surrealistas. Heredé de mi madre una memoria fotográfica y esto me hace recordar con absoluta nitidez algunos momentos vividos plenos de surrealismo. Recuerdo uno en particular que viví hace ya muchos años. Volvía con un par de amigos caminando por el Cementerio sevillano después de enterrar al padre de uno de ellos. Observamos a la altura del Cristo de las Mieles como un numeroso grupo de personas de etnia gitana discutían acaloradamente. Al acercarnos observé que había en el grupo uno que yo conocía del mundillo del Flamenco. Lo aparté un momento del grupo para preguntarle el motivo de aquella algarabía. La respuesta fue surrealista en estado puro: "Nada, que han enterrado al Tío Curro y hay que volver a desenterrarlo". Al preguntarle cuál era el motivo su respuesta nos dejó perplejos: "Pues que a sus hijos se les ha olvidado meter en la caja su sombrero y el Tío Curro no iba a ninguna parte sin él". A que dudarlo: una secuencia digna del gran Federico Fellini.
lunes, 5 de octubre de 2020
La diáspora existencial
Cuando le decían a Paco de Lucía si era consciente de que iba a pasar a la posteridad siempre contestaba: "La posteridad me trae sin cuidado, yo lo que quiero es pasármelo bien en vida y llevarme conmigo un montón de buenos ratos. Esos no me los quita nadie". Woody Allen siempre ha dicho que cuando muera le da igual lo que hagan con sus películas, como si quieren cogerlas todas y tirarlas al mar, que para él lo verdaderamente importante es lo que disfrutó haciéndolas. Ana María Matute, grandísima escritora y con una enorme capacidad intelectual, comentaba que con el paso de los años todos y todo queda amortizado y termina siendo pasto del olvido. La vida se articula en dos elementos fundamentales: la búsqueda de la Felicidad y el desarrollo intelectual. Luego está el libre albedrío de cada uno para contextualizar su concepto de Felicidad y rellenar espacios sentimentales, espirituales, sociales y culturales. Los seres humanos somos complejos y contradictorios por nuestra propia naturaleza. Siempre tropezamos en la misma piedra cuando nos consideramos imprescindibles en vida y con la (vana) esperanza de ser recordados eternamente. El "para siempre" es una quimera que el tiempo se encarga de dilucidar. La diáspora existencial marcando las pautas vivenciales de cada ser humano.
jueves, 1 de octubre de 2020
Gran Poder y Sevilla. Cuatrocientos años de sentimientos compartidos.
El Dios de la Ciudad. El eje fundamental que nos ata a madres y abuelas. La Fe de Sevilla que cada Viernes del año nos hace transitar por las veredas de la memoria sentimental. Una pequeña escalinata que termina con un suave beso en un divino talón. Las penas y las dudas resueltas en un Rostro que humaniza el dolor del mundo. Gran Poder, Sevilla, nosotros y aquellos que nos precedan. 400 años desde que el Señor llegó a la Ciudad para quedarse para siempre instalado en los corazones.