Vivimos una época donde las mentiras, en no pocas ocasiones, se disfrazan de verdades. Se trata de difundir en los medios, de manera machacona, un concepto que, a fuerza de reiterativo, terminará calando en el imaginario de la gente. Es lo que los sociólogos llaman “el Relato”. A posteriori, cuando queda al descubierto la falsedad de la argumentación, se tapa dialécticamente con “otro Relato”. Se trata de hacer vitalicias las falsedades manipulando a la opinión pública en función de los intereses de cada momento. La verdadera fuerza del “Relato” no se fundamenta en su consistencia sino en su insistencia. Desde hace unos tres meses ya se daba por descontado que este años nuestras Fiestas Populares {Semana Santa y Feria) serían de “completa normalidad”. Ese era “el Relato”. Que duda cabe que este año veremos pasos por las calles y que la Feria será de nuevo un torbellino de color y alegría. Nada que objetar a que tengamos que irnos acostumbrando a convivir con esta maldita y dolorosa Pandemia. Hace falta, mucha falta, que Sevilla se despierte de su largo letargo y recupere el pulso de sus más nobles tradiciones. Lo que ocurre es por mucho que se empeñe “el Relato” no disfrutaremos de eso que, pomposamente, llaman “nueva normalidad “. El virus persiste y los científicos coinciden que para vencerlo no debemos bajar excesivamente la guardia. Insisten en mantener todavía algún tiempo las mascarillas en interiores y evitar las aglomeraciones como principales medidas de contención. ¿Evitar las aglomeraciones en Sevilla durante la Semana Santa y la Feria? Si existe una palabra en el argot popular que mejor definiría a nuestra Fiestas es la de bulla. Habrá en Semana Santa, para que engañarnos, aglomeraciones en las calles y en el interior de los templos sevillanos. Las calles del Real de la Feria y el interior de las casetas estarán a rebosar. El uso de las mascarillas en interiores o aglomeraciones será cualquier cosa menos mayoritario. Esto lo saben los constructores “del Relato” de la normalidad pero son muchos los intereses políticos y económicos en juego como para reconocerlo. El virus sigue entre nosotros y son muchas las personas que cada día incrementan la dolorosa nómina de fallecidos. Lo que procedía, cosa que no ocurrirá, es que cambiáramos el curso “del Relato” y organizar unas Fiestas acordé con las circunstancias actuales. Es decir: utilizando el sentido común y tomando algunas medidas preventivas para evitar los desmadres. No hacer nada, en cuanto a prevención se refiere, aparte de temerario es irresponsable. Todo sea por el triunfo del “Relato”. Estos son tiempos tremendamente complicados con el añadido de una Guerra en Europa. No nos engañemos, si en función de los excesos se observa en Mayo un serio repunte de los contagios seguro que se inventan un nuevo “Relato”. El tiempo, como pasó siempre, tendrá la última palabra.
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