Esta mañana de viernes de visitas al Señor y claro-oscuros cuaremasles nos desayunamos con la muy triste noticia del fallecimiento de José Ignacio Jiménez Esquivias. Un hombre cabal cuya vida cofrade discurrió en torno a la Hermandad del Gran Poder. Allí fue teniente de hermano mayor durante el mandato de Enrique Esquivias. Perteneció a la primera cuadrilla de hermanos costaleros, en Los Estudiantes, el Martes Santo de 1973. Una de sus últimas comparecencias públicas fue en la comida celebrada tras la función de la Virgen del Mayor y Traspaso. Allí se le rindió un más que merecido y cariñoso homenaje. No tuve la suerte ni el honor de tratarlo pero amigos tan solventes como Salva Gavira y Manolo González lo describen como una persona excepcional. Sevillano profundo, cercano y afectuoso en las distancias cortas y con un carisma donde se fundian conocimiento y sentimiento. Descanse en la paz del Señor que Él, a buen seguro, sabrá darle un sitio de privilegio en la Tierra prometida.
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