En un época donde existe un nulo interés por desarrollar el intelecto poco podemos esperar ante la necesidad de tener referentes cívicos e intelectuales. Pensar, aparte de pesado y reiterativo, se nos configura como un vano ejercicio del que poco o nada beneficioso podemos esperar. Lo que se conoce popularmente como “comerse el coco”. Mejor que piensen otros que nosotros bastante tenemos con nuestros problemas. Lo que olvidamos con demasiada frecuencia es que las buenas decisiones siempre nacen de las buenas reflexiones. En este sufrido y amado país emerge la enorme figura de Antonio Muñoz Molina como uno de sus máximos referentes cívicos e intelectuales. En su impagable articulo del pasado sábado en “El País” nos proporcionaba algunas claves para entender el tipo de Sociedad que nos ha tocado vivir. Pone de manifiesto este andaluz universal las graves contradicciones de un sistema que permite que la Banca gane miles de millones de beneficio y, paralelamente, ponga en la calle a cientos de trabajadores. Es una ecuación simple y sencilla: más despidos igual a más beneficios. Se cierran infinidad de sucursales dejando a los clientes de mayor edad huérfanos de los necesarios servicios presenciales. Estos días la prensa se hace eco de una escandaloso noticia. En la Ciudad de Barcelona se ha procedido a desahuciar por la vía judicial a una vecina de 78 años de edad. Una de las pocas vecinas que le quedaban al Barrio Gótico barcelonés. Esta mujer tenia una deuda pendiente de ¡88 euros! y un juez ha considerado que esta deuda era motivo legal más que suficiente para ponerla de patitas en la calle. Se llama Blanca, es viuda y desde hace 50 años era vecina de este Barrio barcelonés. Actualmente tan solo su vivienda y la de otro vecino estaban ocupadas por particulares. Como es fácil deducir el resto de las viviendas del Barrio están destinadas a apartamentos turísticos. El Ayuntamiento la ha instalado provisionalmente en una pensión. Ni hostal, ni hotel, una pensión que siempre guarda más relación con la endémica pobreza. Quedan en el aire una serie de respuestas sociales que, como siempre, tendrán la callada por respuesta. ¿Es legal que los bancos ganen miles de millones de beneficio y despidan a cientos de trabajadores? Posiblemente si, pues así lo determina la actual Economía de Mercado. San Liberal es el santo patrón al que adoran muchos políticos y financieros. ¿Resulta esta situación moralmente aceptable? Esto ya sería cuando menos discutible tanto en el fondo como en las formas. ¿Cómo pueden permanecer impasibles las fuerzas políticas catalanas ante la tropelía cometida contra esta mujer? Nada nuevo bajo el sol. Aquí cada uno va a la suyo. Formaciones como Junts andan más preocupadas en salvar su propio pellejo ante la Justicia que en tratar de defender a los más desfavorecidos. Todas sus reivincaciones giran en torno a sus propios intereses. Sálvese quien pueda pero los primeros salvavidas que sean siempre para los nuestros. Riqueza y pobreza; pobreza y riqueza cuando crecen exponencialmente siempre convergen socialmente. Sin la una no existiría la otra. Entre todos han puesto a doña Blanca en la calle y montarán con su casa una operación mercantil para que sigan aumentando los cuantiosos beneficios de la Banca. Lo verdaderamente triste es que hace mucho tiempo que la dignidad de la personas humildes no cotiza en Bolsa. Esto suele ocurrir cuando lo legal y lo justo transcurren por caminos divergentes. Ganancias o perdidas he ahí la cuestión. La vida de las personas se calibra en función de una Cuenta de Resultados bancaria.
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