miércoles, 14 de septiembre de 2011

Peter cogió su fusil




“Como llenarte, soledad,
Sino contigo misma”
- Luís Cernuda –

-
Peter es un australiano que pide para su diaria supervivencia en la calle Laraña de Sevilla. Peter era un profesor de Literatura en la deslumbrante ciudad de Sydney. Peter dejó sus clases y se vino a la Vieja Europa tras los pasos de una hermosa muchacha italiana. Nada que reprocharle. Si existe algo que justifica el “darle la vuelta al calcetín de la vida” es en aras de seguir las pisadas de una italiana. “Si tu me dices ven lo dejo todo / si tú me dices ven dejo todo para ti…..” Peter conoció en sus carnes la herida del desamor y la pena amarga del desconsuelo. Peter fue dando tumbos de Ciudad en Ciudad hasta desembocar en los brazos de la Vieja Híspalis. Peter está feliz entre nosotros y cree, por derecho propio, que forma parte de la compleja familia sevillana. Peter es un exquisito en las formas y un caballero en el fondo. Peter es culto, muy culto, y en él tomó forma la discreción. Peter, ya toca decirlo, es mi amigo. Peter pide con tanta educación que cuando le das unas monedas te entran ganas encima de darle las gracias. Peter forma parte del entramado urbano de la Campana sevillana. Peter tiene –tenía- un perro grandote color canela al que yo llamaba “Buqui”. Mi relación con Peter empezó hace un par de años. Me llamaba la atención su extrema limpieza y sus finos modales. No era un indigente al uso (caso de que podamos encuadrar a los pedigüeños en un solo perfil). Siempre sentado junto a él tenía a su perro. En los rigores invernales arropado íntegramente con una manta (que yo mismo le di) y en los días calurosos protegido bajo la sombra de la cercana galería. Un día me llamo la atención ver como tenía un saquito de pienso antialérgico. Era el mismo que yo le daba a mi perra y que cada medio kilo costaba por encima de los 6 euros. Fue la primera vez que dialogué con él. Me dijo: “Si, es que les salen unas manchas en la piel y me ha dicho el veterinario que le de solo este pienso”. ¡Pedía en la calle para comer y no le importaba darle un pienso especial a su perro! Desde entonces lo veo y lo saludo en mis numerosas bajadas al Centro de la Ciudad. Le ayudo en cuanto puedo –que a no dudar será muy poco- y me preocupo de preguntarle al menos como le va. El Maestro de fotógrafos sevillanos, José Manuel Holgado Brenes, sin yo saberlo, me tiró una instantánea en el Mercadillo del Jueves buscándole ropa. El pasado día 26 de Julio, Día de la Señá Sant´Ana, vi de lejos que estaba acompañado de un “colega” pero sin su perro. Me contó la tragedia: él, pudiendo dormir en un albergue, lo hacia en la calle porque no le dejaban entrar a su perro. El día 25 cuando amaneció le extraño no verlo durmiendo junto a él. Se levantó a buscarlo y sufrió en sus carnes la redundancia más terrible: su perro yacía en una calle adyacente destrozado por la embestida de un coche. Estaba literalmente abatido cuando me lo contaba y solo su educación consiguió que las lágrimas no se le desbordaran. Apenas acertó a decirme: “No es justo, Juan Luís, no es justo que Dios me haya dejado sin mi único compañero”. “No es justo, Peter, no es justo”, fue lo único que supe contestarle. Me temo que Peter, harto ya de estar harto, ha tomado el fusil del descreimiento. Otro más varado en la playa del desconsuelo. Va a militar en el Ejercito de los descreídos a los que como decía Machado: “…. de nada nos -les- sirve rezar”. Peter cogió su fusil no para atacarnos sino para defenderse ante el infortunio.
Puede, todo es posible, que dentro de poco alguien, de los muchos que le apreciamos, le regale algún cachorro y la vida vuelva a renovarse –a través de la ilusión- una vez más.

Lo veremos mientras tanto pidiendo sentado en la calle Laraña con su pelo rubio atado con una coleta. Su gorra vuelta de revés para el depósito de algunas monedillas. Su atillo con sus pocas pertenencias depositadas en el suelo y, la manta vacía, donde “Buqui” se acurrucaba para protegerse del frió. Ojala pronto podamos decir: “Peter soltó su fusil”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario