Mi amistad con Ángel Vela se remonta a 1991. Ambos formábamos parte de la “Comisión Organizadora de los Actos del Centenario de Manuel Vallejo”. Su hablar pausado; su saber estar; su talento y su manera de prestar oído a las cosas interesantes llamaron poderosamente mi atención. Hablar bien de los amigos es casi una obligación moral. Cuando te sobran argumentos para ello se convierte en un noble ejercicio intelectual. Después, compartimos la amistad del recordado y llorado Antonio Valverde, Presidente de la desaparecida “Peña el Manantial” del Barrio de los Carteros. Su vida y su obra están íntimamente ligadas a Triana. Sus libros, preferentemente, giran en torno a los aconteceres histórico del arrabal. Sin ellos nunca podríamos entender la grandeza, la enorme grandeza, de una Triana siempre ninguneada por los políticos de turno. Reconozco, sin ambages, que descubrí a Triana a través de los escritos de Manolo Macías y Ángel Vela (impagable la recordada sección “La Cruz de San Jacinto” en “El Correo de Andalucía”). Este grandullón, de andar parsimonioso y torero, forma parte por derecho propio de una serie de escritores que se me antojan fundamentales para conocer la importancia histórica del arrabal: Francisco de Ariño, Justino Matute, Manuel Macías….Siempre le agradecí la paciencia y la benevolencia que mostró en aras de conservar nuestra amistad. Recientemente han salido al mercado dos volúmenes que ha escrito sobre “La Velá”. Absolutamente imprescindible su lectura para conocer los orígenes y el desarrollo de tan singular fiesta trianera. El primer volumen cubre el periodo que va desde su origen en 1280 (¡ahí es nada!) hasta 1948. El segundo presentado hace unos días cubre desde 1949 hasta el año 2000. Todo un ejercicio de erudición puesto al servicio de las almas sensibles y con inquietudes. Triana no es una “República Independiente” de nada ni de nadie. Tampoco, evidentemente, es una Barrio más de Sevilla. Triana es Triana y punto. Sus singulares peculiaridades la hacen ser universal y el conocimiento de las mismas la engrandece a Ella; a Sevilla; a Andalucía; a España y al mundo mundial. Todas las artes (el Flamenco ya ni les cuento) encontraron allí una manera caudalosamente hermosa a la hora de expresarse. Ángel Vela lleva muchos años “peleando” civilizadamente con políticos de todo cuño y condición para que Triana sea reconocida en su pasado; mejorada en su presente y preservada en su futuro. Comienza una nueva Velá y Triana, un año más, se redime redimiéndonos a nosotros. Es hora de rendir pleitesía no al amigo de sentires compartidos, más bien al escritor erudito y al ciudadano ejemplar que responde al nombre de: Ángel Vela Nieto.
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