miércoles, 13 de marzo de 2013

Pájaros de mal agüero



Cuando la luna nos mostró su lado oculto
Esperábamos agazapados la amanecida;
Luego, azoteas y patios se abrieron a la vida
Para que el sol iluminara cuerpo y alma.

La cal de las paredes resplandecía
Y el viento se hacía rumor de caracola;
Mientras, nos brindaba el agua de la fuente
Su cantarina voz de eterna enredadera.

Tiempo de un tiempo sin medida
Envuelto en celofán de mil colores
Palabra que se pierde por vacía
En la panza de barricas vinateras.

Nos despertó en plena madrugada
La voz ronca del aire en la ventana,
Nos arrullamos como gusanos de seda
Para vencer las sombras de la noche.

Liberamos al poema de su encierro
Con la música de aquel viejo organillo,
Todos amamos con gozoso desenfreno
Como si Dios nos abriera la sacristía.

Teníamos un miedo frío
Envuelto en un frío miedo
Cuando, ¡por fin!
Vimos a Penélope
En lo alto del promontorio.

Nos dimos las manos solidarias
Para espantar dolor y desconsuelo
Los vimos acercarse sigilosos:
“Ya están aquí” dijimos,
Los… ¡Pájaros de mal agüero!

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