Perder una batalla es malo:
perder la guerra es aún peor.
Besos perdidos
por el aire de los recuerdos
en noches sin grillos que le
canten a la luna. Palomas
sin vuelo que brujulean
por el sucio asfalto.
Perder una batalla es malo:
perder la guerra es aún peor.
Dijimos…”si quiero”
cuando lo sensato hubiera
sido pasar página.
Pero, ¿quien pudo
nunca unir juventud
con sensatez?
Nos dijimos ¡hasta siempre!
cuando todavía flotaba
un ¡hola! en nuestros labios.
Dimos cuerda al reloj de arena
en la playa de la desesperanza.
Escuchamos a Serrat
cantar su inmortal “Penélope”
y nos convertimos en viajeros
eternos de por vida.
Al final comprendimos que
perder una batalla es malo:
perder la guerra es aún peor.
(de “Las Siete Revueltas”-2011)
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