viernes, 13 de septiembre de 2013

El sesteo de la paloma





“Cuando la barbarie triunfa no es gracias
a la fuerza de los bárbaros sino a la
capitulación de los civilizados”
- Antonio Muñoz Molina –

La paloma de Alberti se equivocó y terminó confundiendo el mar con el cielo y tu falda con tu blusa. Se quedó dormida en la orilla y los buitres aprovecharon para quitarle la ramita de olivo de la boca y el mensaje atado a su pata. Terminó confundiendo el Norte con el Sur y el trigo con el agua. Miró a las estrellas y creyó ver el rocío mañanero. Tuvo frió en agosto y calor en enero. La confundieron entre todos o quizás se confundió ella sola. Nadie nunca le dijo la verdad y, posiblemente, ella tampoco se preocupó de averiguarla. Hoy le ponen artilugios eléctricos o punzantes en los monumentos para que no se pose en ellos. Busca su alimento entre los desperdicios de los contenedores de basura. Vive olvidada de los poetas y confundida entre las medias verdades y las medias mentiras. Picasso la pintó como paradigma de la paz y Alberti presagió poéticamente su grado de confusionismo actual. Se equivocó la paloma o la equivocaron y al final terminamos todos equivocados. Somos zombis desorientados hablando solos por las esquinas. Hoy gorda, sucia y sin mano infantil que le proporcione comida por la Plaza de América está completamente desorientada. Cuando los bárbaros avanzaban imparables para robarnos vidas y haciendas terminamos culpando a la paloma. El palomar está vacío y no dejamos de mirar al cielo para verla llegar de nuevo. No vendrá en mucho tiempo pues está inmersa en la confusión y la desidia. Nunca logramos entender que los verdaderos mensajes son los que escribimos nosotros mismos. Se equivocó la paloma, se equivocaba….y nosotros con ella también confundimos el mar con el cielo. La paloma de Rafael y la golondrina de Gustavo Adolfo sobrevuelan una Ciudad que hace ya tiempo, demasiado tiempo, renunció a volar.

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