lunes, 13 de enero de 2014

Ciudad de Panamá



Mi primo Miguel Ángel se ha marchado a trabajar a Panamá. Era gruista en la construcción y con el estallido de la burbuja inmobiliaria lo dejaron compuesto y sin…obra.  Han pasado dos largos años y aparte de no encontrar trabajo terminó agotando todas las prestaciones sociales. Padre de dos hijos adultos, aburridos de buscar empleo sin encontrarlo, y abuelo de un nieto de dos meses que  tendrá que conformarse con ver a su abuelo a través de Internet. Me contó mi primo que tuvo que desplazarse a Madrid para una larga entrevista antes de que lo contrataran. Fueron varias horas de preguntas, cuestionarios y entrevistas donde ya tenía dudas si el puesto era de gruista o para Presidente de Panamá.  Es el único trabajo que ha encontrado de cierta garantía en el extranjero. Al no dominar más lengua europea que la castellana (española) en su noble vertiente con acento andaluz tuvo que buscarse una salida en países hispanoparlantes. Ya solo le quedaban dos opciones: descender al umbral de la pobreza arrastrando a los suyos o marcharse a trabajar a Panamá.  Ignora cuanto tiempo tendrá que llevarse por tierras sudamericanas ni como será de dura la cuota de soledad que tendrá que pagar. Son esos casos que, al sentirlos tan cercanos, te dan la verdadera dimensión de la encrucijada donde mercaderes y políticos han llevado a muchísimas personas de este maltratado país nuestro (y sobre todo de ellos).  Miguel Ángel no es tan solo un dato en una encuesta sobre el Desempleo.  Es algo más que eso: una vida desarraigada de los suyos y un proyecto de familia volado por los aires. Sin embargo se trata de una persona tremendamente positiva y combativa. Lo despedí cuando se marchaba a Panamá sin observarle ningún atisbo de desesperanza. Contacta conmigo con frecuencia por Internet y parece ser que se va adaptando poco a poco a su nueva situación.  Se presenta en su Blog de la siguiente manera: “Nací en Triana en el año 1963. Cursé estudios hasta los 18 años, a continuación realicé el Servicio Militar en Alcalá de Henares (Madrid), en la Brigada Paracaidista. Mi infancia y juventud transcurrieron en el arrabal trianero hasta los 19 años que me desplacé  a vivir a la Macarena. Mi afición por la fotografía comenzó hace 20 años. He reunido en mi fototeca personal más de 20.000 fotografías. Donde me siento realizado es portando mi cámara y tomando una ruta sin rumbo fijo e intentando recoger aquellas  instantáneas que me ofrece cada momento. Me gusta que mi cámara sea un ojo inquieto que plasme lo bello, efímero y lo crudo y real de la vida. No vivo de la fotografía, más bien desarrollo una afición que me hace crecer como persona”. Me permito añadir que su destino de momento, gracias a nuestros gobernantes, es la bella y muy lejana Ciudad de Panamá. Como cantaba Carlos Gardel….”Volver….con la frente marchita”.

2 comentarios:

  1. Que grande eres!!...muchas gracias por dedicarme unas palabras en tu blog es para mi todo un honor formar parte de el aunque sea de esta forma triste. Un fuerte abrazo y nos veremos en mayo si dios quiere.

    ResponderEliminar
  2. Recuerdo, querido Juan Luis, cuando en los setenta la gente se marchaba a Argentina (luego en las noticias nos enteramos que se pasaba hambre, cuando lo corralitos), o a Australia, para trabajar en la construcción. Luego, aquí, antes del estallido de la burbuja, cuando todos éramos ricos, la afluencia de inmigrantes que venían a hacer los trabajos que nosotros no queríamos. Las vueltas que da la vida. Siempre resulta penoso abandonar el terruño, y más cuando te separan tantos kilómetros de los tuyos. Saludos para ti y para tu amigo.

    ResponderEliminar