“Para envejecer juntos nos
cogemos las manos,
yo miro tu sonrisa, tú miras mi tristeza;
irán saliendo arrugas en mi alma
y tu cabeza
y canas sobre nuestros espíritus
humanos”
- Félix Grande -
Hace tan solo unas horas nos enteramos con pesar del fallecimiento de
Fernando Ortiz, poeta sevillano imprescindible para entender la poesía
contemporánea andaluza y española. Hoy nos desayunamos con el fallecimiento de
Félix Grande. Tenía 76 años de edad y
aún conocedores de su enfermedad nos ha cogido su muerte por sorpresa. Este
inmortal Poeta de Mérida era grande entre los grandes de la poesía española de
los últimos años. Poeta entre poetas repartió su vida entre sus dos grandes
pasiones: la Poesía
y el mágico mundo del Flamenco. Admirador incondicional de Paco de Lucía del
que llegó a decir algo que uno no tiene reparos en suscribir íntegramente: “No
imagino un mundo donde no estuviera Paco de Lucía”. Ha muerto como vivió: sin hacer más ruido que
el que produce el rumor de las olas del mar, el viento silbando entre los
olivos, el roce de una mano enamorada o el rasgueo de una buena guitarra
flamenca. Su poesía es copiosa e
imperecedera y sus aportaciones al Flamenco claramente fundamentales. Félix
Grande era narrador, poeta, ensayista y flamencólogo y además tocaba la
guitarra flamenca. La apasionante biografía de este nieto de cabrero e hijo de
padres republicanos se me antoja imprescindible para entender la grandeza del
ser humano ante la adversidad. Antídoto
liberador de la Cultura
donde la vida o se vive con las manos extendidas o no merece la pena
vivirla. Duele ya habitar de manera
permanente en este obituario en que se
ha convertido nuestra vida. Cada día se van sumando personas a tu cofre de
orfandad sentimental-afectiva-cultural.
Descanse en paz uno de los grandes de la Poesía española y de este
dulce veneno al que llamamos Flamenco. Ahora, en tu honor y mi pena, está
sonando Paco de Lucía entre los vericuetos de mi ordenador. ¡Hasta siempre
Maestro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario