Ganó el Sevilla su tercera Copa Continental. Lo hizo de una forma
épica. Llegando a la tanda de penaltis con los jugadores exhaustos por el
esfuerzo realizado pero sin bajar los brazos. Me alegro por partida doble: primero
por familiares y amigos que sienten los colores sevillistas y después por esta
Ciudad que es la mía. Sobre el Benfica pesa una maldición que visto lo visto
habrá que tomarse en serio. En 1962 despidieron como entrenador al húngaro Bela
Guttmann por atreverse a solicitar un aumento de sueldo. Cuando se despedía les
vaticinó el siguiente pronostico: “En
cien años desde hoy ningún club portugués se convertirá en campeón de Europa y
el Benfica sin mí nunca ganará una copa europea”. Pues bien han pasado cincuenta
y dos años y con la de este año el Benfica ha perdido ocho finales
europeas. Me acuerdo especialmente en
estos días felices para el sevillismo de mi admirado y añorado amigo Antonio
Centeno. Un sevillista de caché que siempre me llamaba para felicitarme cuando
el Betis ganaba (efectivamente: aunque suene extraño antes el Betis algunas
veces hasta ganaba). A pesar de mis
hondos sentimientos verdiblancos nunca me he posicionado en eso que en la Ciudad se llama
antisevillismo (o antibeticismo que tanto monta). Sevilla se vértebra deportiva, y sobre todo
sentimentalmente, en torno a sus dos Equipos. Betis y Sevilla; Sevilla y Betis como dos
maneras socializadoras y lúdicas de interpretar una faceta importante y
necesaria de la
Ciudad. Vivimos tiempos demasiados proclives al
fundamentalismo y están pasando cosas terribles que debían hacernos de
reflexionar. Hoy nos toca hablar del Sevilla y mañana Dios dirá. En el Betis
ahora estamos de casting buscando Presidente, Director General, Director
Deportivo, Entrenador y Jugadores (de los de verdad y no de cartón piedra). Pero ahora toca lo que toca y es rendirnos a
la evidencia de que el Sevilla ha conseguido su tercer título europeo. Creo sinceramente que el Sevilla FC es una entidad
perfectamente estructurada. Tiene al frente una persona bastante sensata.
Además de un excelente entrenador y una no menos excelente plantilla. No sería
de extrañar que le queden por celebrar nuevas alegrías en el futuro. La joya de
la corona es un croata llamado Rakitic que es uno de los mejores jugadores de la Liga española. Me temo, como pasa siempre, que el año que
viene desembarcará en el aeropuerto de uno de los “grandes”. Felicidades pues a los sevillistas y mi mas
sincera enhorabuena por este nuevo título. Vivimos tiempos de zozobra y si
muchos sevillanos que lo están pasando mal pueden pellizcarle el culo a la
felicidad por unos días pues bienvenido sea. El Sevilla llegó a Turín y se encomendó a la Sabana Santa para conseguir su
propósito. Ahora vendrán unos días donde
los políticos se harán fotos interminables y sonrientes con los ganadores. Nada nuevo bajo el sol que por cierto estos
días está apretando de lo lindo. Como si
de un baile por sevillanas se tratara
ahora los sevillistas pueden decir: “Vamos por la cuarta”.
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