jueves, 15 de mayo de 2014

La Sabana Santa de Turín






Ganó el Sevilla su tercera Copa Continental. Lo hizo de una forma épica. Llegando a la tanda de penaltis con los jugadores exhaustos por el esfuerzo realizado pero sin bajar los brazos. Me alegro por partida doble: primero por familiares y amigos que sienten los colores sevillistas y después por esta Ciudad que es la mía. Sobre el Benfica pesa una maldición que visto lo visto habrá que tomarse en serio. En 1962 despidieron como entrenador al húngaro Bela Guttmann por atreverse a solicitar un aumento de sueldo. Cuando se despedía les vaticinó el siguiente pronostico: “En cien años desde hoy ningún club portugués se convertirá en campeón de Europa y el Benfica sin mí nunca ganará una copa europea”. Pues bien han pasado cincuenta y dos años y con la de este año el Benfica ha perdido ocho finales europeas.  Me acuerdo especialmente en estos días felices para el sevillismo de mi admirado y añorado amigo Antonio Centeno. Un sevillista de caché que siempre me llamaba para felicitarme cuando el Betis ganaba (efectivamente: aunque suene extraño antes el Betis algunas veces hasta ganaba).  A pesar de mis hondos sentimientos verdiblancos nunca me he posicionado en eso que en la Ciudad se llama antisevillismo (o antibeticismo que tanto monta).  Sevilla se vértebra deportiva, y sobre todo sentimentalmente, en torno a sus dos Equipos.  Betis y Sevilla; Sevilla y Betis como dos maneras socializadoras y lúdicas de interpretar una faceta importante y necesaria de la Ciudad. Vivimos tiempos demasiados proclives al fundamentalismo y están pasando cosas terribles que debían hacernos de reflexionar. Hoy nos toca hablar del Sevilla y mañana Dios dirá. En el Betis ahora estamos de casting buscando Presidente, Director General, Director Deportivo, Entrenador y Jugadores (de los de verdad y no de cartón piedra).  Pero ahora toca lo que toca y es rendirnos a la evidencia de que el Sevilla ha conseguido su tercer título europeo.  Creo sinceramente que el Sevilla FC es una entidad perfectamente estructurada. Tiene al frente una persona bastante sensata. Además de un excelente entrenador y una no menos excelente plantilla. No sería de extrañar que le queden por celebrar nuevas alegrías en el futuro. La joya de la corona es un croata llamado Rakitic que es uno de los mejores jugadores de la Liga española.  Me temo, como pasa siempre, que el año que viene desembarcará en el aeropuerto de uno de los “grandes”.  Felicidades pues a los sevillistas y mi mas sincera enhorabuena por este nuevo título. Vivimos tiempos de zozobra y si muchos sevillanos que lo están pasando mal pueden pellizcarle el culo a la felicidad por unos días pues bienvenido sea.  El Sevilla llegó a Turín y se encomendó a la Sabana Santa para conseguir su propósito.  Ahora vendrán unos días donde los políticos se harán fotos interminables y sonrientes con los ganadores.  Nada nuevo bajo el sol que por cierto estos días está apretando de lo lindo.  Como si de un baile por sevillanas se tratara  ahora los sevillistas pueden decir: “Vamos por la cuarta”.



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