Hacer lo que se dice y decir lo que se piensa se nos presenta hoy, más
que nunca, como algo realmente complicado. La necesaria coherencia ni está ni
parece ser que se le espere. Los políticos de nuestro país –de todo signo y
condición- manejan y mezclan mentiras y verdades (más de las primeras que de
las segundas) amparados en su condición de miembros elegidos democráticamente
por los ciudadanos. Se elaboran “Programas Electorales” que nos resulten
atractivos para así votarlos y una vez llegan al Poder los guardan en el cajón
de los objetos olvidados. Siempre se manejan excusas donde son los saliente los
responsables de los males que nos aquejan (les suena la de la “herencia
recibida”). Según nos dicen hacen lo que pueden y manejan las vidas y las
haciendas de las personas a su libre albedrío. El Movimiento del 15-M fue una
respuesta ciudadana a un enorme cúmulo de despropósitos a los que la Clase Política en
su conjunto había llevado a la gente. Consecuencia de aquel movimiento ciudadano,
y pescando en río revuelto, apareció la formación político-social de
“Podemos”. Es lo que pasa cuando no se
hacen los deberes: llegan otros y los hacen por ti. Ignoro el recorrido político que tendrá esta
formación. Con su espectacular irrupción
en la vida política española en las pasadas Elecciones Europeas da la impresión
que ha llegado para quedarse. Cada vez
que la Prensa
más conservadora o los dirigentes populares los tachan de populistas,
chavistas, proetarras, demagogos, antisistemas….les están allanando el camino
para una mayor consolidación entre la ciudadanía española. Nuestra Derecha
española nunca se entera de nada y ocupa unos de los primeros puestos en el
ranking de la torpeza política europea.
El PSOE se ha buscado alguien joven (Pedro Sánchez) que no esté
contaminado e IU relanza a Alberto Garzón con la misma finalidad. No nos
engañemos, ambos son un antídoto contra el “estrellato” de Pablo Iglesias. Nos dicen: savia nueva para tiempos nuevos. Estamos inmersos en el mundo de la imagen y de
lo que se desprenda de ella dependerá el éxito o el fracaso de la persona en
cuestión. Es de sentido común plantear más pronto que tarde una profunda
regeneración democrática (Felipe VI debía encabezarla para así consolidarse
definitivamente entre los españoles. Toca ya pasar de los gestos a los hechos).
Estoy convencido de que las mayorías
absolutas se han terminado en España para los próximos años y todo va a ser
susceptible de ser pactado. Cabe preguntarse, ¿con quién puede hoy pactar el
PP? ¿Cuántos años les quedan que
permanecer en la Oposición?
¿Políticamente los viejos peperos nunca mueren? Mientras que algunos Partidos
buscan, a través de la regeneración, la
coherencia social y política (aunque sea de cara a la galería) en el PP siguen
aferrados a unos lideres que ya están prácticamente amortizados. España necesita como el comer (y sobre todo
para que pueda comer todo el mundo) un Partido Social-Demócrata fuerte y otro
Liberal-Conservador que no le ande a la zaga. Los Grupos minoritarios siempre existirán pero
deben configurarse como una balanza que garantice el equilibrio democrático. Las
próximas citas electorales van a despejar algunas de las cuestiones que aquí
torpemente se exponen. Estamos mal, muy
mal, y los cantos de sirena suenan tan falsos como repetitivos. Están pasando cosas muy graves -con el hambre
de los niños a la cabeza- como para creer que si tenemos paciencia las cosas
mejorarán en el futuro. Pierden
credibilidad por día y lo realmente preocupante es que no se sabe si no se
enteran o quizás no quieran enterarse. La difícil coherencia.
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