No tengo reparos en reconocer que cuando aparecieron en mi vida los
Beatles ya supe a ciencia cierta que ya nada sería lo mismo. Fui de los
primeros en descubrirlos en Sevilla. Todo gracias a un primo mío que vivía en
Londres y me regaló un álbum sencillo donde uno de los temas era la canción
“Please Please Me” (afortunadamente todavía lo conservo. Fue el primer álbum
grabado por los Beatles en 1963). Es
decir que cuando descubrí a este inmortal grupo británico yo debía rondar los
dieciocho años de edad. Fue todo un
flechazo y sin entender lo que cantaban quedé fascinado por como cantaban. Era admirable la enorme cantidad de buenas
canciones que eran capaces de crear y la perfecta conjunción musical del
grupo. Recuerdo que fueron muchos la
gente joven de mi generación que quedamos enganchados a los Beatles de por
vida. Cada día que pasa suenan mejor
aunque alguno de nosotros tendrá que usar ya un sonotone para poder escucharlos. Sevilla posiblemente sea –o haya
sido- la mejor ciudad del mundo a la hora de complementar las tradiciones con
las vanguardias artísticas. De un tiempo
a esta parte las cosas se complican por el sambenito de las clasificaciones y/o
las descalificaciones. Desde que apareció el primer “progre” de salón por el
horizonte del Aljarafe todos estamos ya bajo sospecha. Los Beatles llegaron a Sevilla para quedarse
para siempre y de hecho es de las ciudades españolas donde más se siguen
vendiendo sus discos. La gran pasión de mi vida ha sido, es y será el Flamenco
pero es que los Beatles tienen más compás que el añorado Chano Lobato. Por aquí
todavía siguen actuando con mucho éxito “Los Escarabajos” (fundado en 1993), un
grupo sevillano que figura a la cabeza de los grandes imitadores
internacionales del conjunto de Liverpool. Los Beatles es el único fenómeno
musical que ha logrado sobrepasar la barrera del tiempo y ser referente de
varias generaciones. Cambiaron hasta la
forma de vestir de mi generación y representaron un soplo de libertad en una
España hastía de uniformes, charangas y panderetas. Tengo en mi archivo una amplísima discografía
de los Beatles. No diré que completa
pues con ellos parece que el tema discográfico siempre nos depara alguna nueva
sorpresa, pero puedo escucharlos sin repetir tema durante varias horas. Afortunadamente
soy una persona poco depresiva aunque en momentos de puntuales bajones siempre
me eleva la moral una sobredosis de Beatles.
En ellos y con ellos está enredada amorosamente mi juventud y los sueños
que compartimos cuando sonaba “Que noche la de aquel día”. La Beatlemanía es
universal pero en Sevilla siempre tuvo –y tiene- una fuerte implantación. La canción “Yesterday” ha sido considerada la
canción de las canciones en el gusto musical de la gente del universo. Pedimos “Help” y los Beatles llegaron en
nuestro auxilio para socorrernos ante tanta mediocridad y tantas ventanas y
balcones cerrados. No nos engañemos: la
vida es un beso, una lágrima, un abrazo, un poema, una despedida y una
canción. A nosotros, por siempre y para
siempre, nos quedarán clavadas en el
alma las canciones de “The Beatles”.
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