lunes, 6 de febrero de 2017

Disparates balompédicos



En una sociedad como la actual donde el disparate forma parte de nuestras vidas cotidianas poco o nada puede extrañarnos que el balompié esté inmerso en esta compleja y malévola tesitura.  Nuestras autoridades futboleras han criminalizado conjuntamente a una parte de la Afición sevillista (los “Biris”) que, aparte de que  mayoritariamente no son nada violentos, solo tienen como principal misión el apoyo incondicional a unos colores.  Hijos de amigos míos pertenecen a los “Biris” y doy fe de que son personas sensatas y nada agresivas en sus comportamientos.  Otra cosa es que dentro de esta rama de la afición sevillista (como en la de cualquier Equipo) exista un reducido número de energúmenos que utilizan el amor a unos colores para verter el veneno que llevan dentro. Erradicar a estos tóxicos elementos de los campos de futbol en particular y de la sociedad a la que pertenecemos en general es algo que no admite demora. Cuestión de vigente actualidad en estos días es la cacería que sufre el jugador ucraniano Roman Zozulya. El Betis había acordado con el Rayo Vallecano una cesión del jugador hasta final de temporada y la afición rayista  “argumenta” que no puede admitir que un “nazi” juegue en sus filas. Un auténtico disparate y que “democráticamente” impide que este hombre pueda ejercer su derecho a trabajar.  Roman Zozulya no es para nada una persona de ideas fascistas (así lo argumentan sin ambages desde distintos ámbitos políticos e intelectuales ucranianos). Es un hombre, eso sí, fuertemente comprometido con su país ante la desigual lucha que mantiene el mismo contra el imperialismo ruso. Los rusos siempre han tenido un especial interés en tachar de nazis al movimiento de resistencia ucraniano. Nada nuevo bajo el sol en una sociedad que vértebra sus emociones entre el culto a los “héroes” y el vilipendio a los “villanos”.  El sentido común y la racionalidad ni están ni se les espera.  Aquí se trata de “facha” a cualquiera y todo gira en torno a unas carencias ideológicas e intelectuales. Doscientos “demócratas” impiden que una persona pueda expresarse libremente en una Universidad tachándolo de “fascista”. Podríamos preguntarnos: ¿Dónde está el fascismo? ¿En la utilización de la fuerza bruta y mayoritaria o en el legitimo ejercicio de poder expresarse en libertad?  Estamos como estamos y esto, lamentablemente, ocurre un triste día donde, a los 91 años de edad, ha fallecido un grande entre los grandes del periodismo deportivo sevillano: “Juan Tribuna”.  Las marionetas convencidas de que son ellas quienes mueven los hilos.  El disparate formando parte de nuestra vida cotidiana.


Juan Luis Franco – Lunes Día 6 de Febrero del 2017


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