Pepe de Lucía

Este domingo (Día de Andalucía) y dentro de las condecoraciones de tal efeméride se le entregará una de las Medallas de Andalucía a Pepe de Lucía.  He dicho bien, no se le entrega una Medalla al hermano del Genio (Paco de Lucía); tampoco al padre de Malú o al suegro de Alber Rivera. Se le entrega a un cantaor,  compositor y productor llamado José Sánchez Gómez "Pepe de Lucía ". Un hombre que se nos antoja fundamental en el engrandecimiento del Flamenco contemporáneo.  Su biografía siempre estuvo mediatizada por su papel de fiel escudero del Genio de Algeciras.  Nunca se quejó de que se ninguneara sus grandes aportaciones a la Música Jonda.  Sabía que cuidando al Genio cuidaba al Patrimonio más importante de Andalucía.  Ahora, ¡por fin!, se premia una carrera de más de sesenta años. Cuando Pepe recoja su justa Medalla seguro que se acordará emocionado en primer lugar de su hermano Paco.  Nos congratulamos de tan merecida distinción y nos emocionamos cada día con el grandioso legado flamenco de "Los Lucía " (de niños "Los Chiquitos de Algeciras"). Enhorabuena Maestro.

Monseñor Asenjo

Entrevistan en la Radio a don Juan José Asenjo Pelegrina justo cuando salía del Via Crucis hispalense.  Comenta que se encuentra bien de salud salvo por su visión que la tiene seriamente deteriorada.  Ha perdido completamente la visión de un ojo y del otro solo le queda un veinte por ciento.  Agradece a la ONCE los medios que han puesto a su disposición . Comenta que suele andar cada día unos ocho kilómetros dentro del Palacio Arzobispal.  "Las Caminatas de San Nicolás " en clave episcopal.  Quien busca a Dios de verdad lo encuentra en los pucheros y también en los maratones.  Sabe que su relevo lo tiene muy cerca y quiere quedarse a vivir en Sevilla.  Algunos dicen que en Sevilla  no entró con buen pié y la Ciudad le vino grande.  Lo que ignoran es que en esta tierra de Maria Santísima lo importante no es como llegas sino como te vas. Ninguna Ciudad despide mejor que Sevilla (a los vivos y sobre todo a los muertos). Cada año coincido (coincidía) con Monseñor Asenjo en dos ocasiones.  La primera en La Función Principal del Nazareno de Martínez Montañés y la segunda, el Lunes Santo, en el traslado de Pasión a su paso de salida. Ambas tienen como mágico escenario a la Iglesia Colegial del Divino Salvador.  Por sus homilías interpreto que estamos ante un hombre muy cuajado intelectualmente y comprometido con la Sociedad que le ha tocado vivir.  En su gestión,  a que dudarlo, habrá luces y sombras. También que en su caminar por esta Ciudad habrá dejado aduladores y detractores.  Esto forma parte del ejercicio de vivir..Pero esto no debería preocuparle en exceso.  Cuando lo jubilen notará como de manera sorprendente todos serán homenajes y felicitaciones.  Dirán de él, con esa "ojana " que nos caracteriza,  que es una nueva reencarnación de San Isidoro.  Tiempo al tiempo.

Libertad de expresión

Uno de los principales fundamentos de un Estado de Derecho y también de los grandes pilares de la Democracia es la Libertad de Expresión.  Sin ella todo queda mediatizado (como ocurre en las Dictaduras) por el Poder político,  económico y social.  Sin la posibilidad de poder expresarnos en completa libertad nuestras vidas estarán atadas al yugo de la opresión.  Sin embargo esto no puede suponer una especie de "barra libre " para que unos desalmados (llamarlos "artistas " es envilecer el Arte en su conjunto) insulten,  difamen y ataquen vilmente a personas e instituciones.  Esto no es Libertad de Expresión,  esto es sacar a pasear el odio y el rencor que corroe sus entrañas.  Saben que como "artistas " no tienen ningún recorrido y utilizan la provocación para conseguir la fama que el Arte nunca les dará.  Tenía razón "Nostradamus Sánchez " cuando advirtió que si formara un Gobierno donde estuviera Pablo Iglesias no podría dormir ni tampoco el noventa por ciento de los españoles (ahí creo que el porcentaje se le quedó corto). Ahora,  con el beneplácito de la parte oscura del Gobierno,  se montan tremendas algaradas callejeras.  Se quema el mobiliario urbano que, a la postre, pagaremos todos los contribuyentes.  Se destrozan y saquean pequeños comercios que, con la Pandemia,  sobreviven a duras penas. Se queman coches y motos de particulares a los que ocasionarán un grave perjuicio.  Anoche, en una nueva vuelta de tuerca, apedrearon el Palau de la Música rompiendo vidrieras de principios del pasado siglo.  ¡Defienden a un "músico " atacando el Templo de la Música catalana y Patrimonio de la Humanidad!  Algunos políticos,  ciegos de sectarismo y arropados en falsas banderas,  solo ven despropósitos en el "comportamiento excesivo de la Policía ". Precisamente esa Policía (junto al Ejército y la Guardia Civil) se jugaban sus vidas saliendo al auxilio de la gente cuando la Pandemia estaba en su cima más alta. Estaban en las calles para que nuestras vidas tuvieran un futuro menos incierto.  Mientras,  ¿dónde estaban los antisistemas ¿.  Nadie los vio repartiendo comida, mantas y medicinas para los más necesitados (eso lo dejan para los "fachas " de las Hermandades). Pues, a pesar de todo, lo que más me fastidia es que llamen "artista " a un membrillo rencoroso y chulesco.  ¿Un cantante de rap ¿, por favor un poco de respeto con los grandes músicos que ha dado la tierra catalana.

Caminos con retorno

Empieza la Cuaresma con sus ritos y rituales en clave interiorizada.  Aunque sea obligado por las circunstancias nunca viene mal una dosis de introspección espiritual.  Desde hace unos años cada Miércoles de Ceniza acudo a misa de 11 a la Capillita de San José.  Este año la ceniza no la depositan en la frente sino en la cabeza.  Para muchos,  ya con el pelo gris,  quedará difuminada pero nunca oculta.  Se nos ha muerto Joan Margarit un grandisimo Poeta. También era un gran Arquitecto y un ejemplo de que se puede ser un gran catalán sin dejar de ser un buen español. Le concedieron el último Premio Cervantes y sus reflexiones de como llevó el confinamiento son clarificadoras.  Se nutrió de Poesía y Música para que el alma volara en libertad.  El cielo de la Pandemia empieza a clarearse (vacunas habemus) y bien haremos los responsables en no traspasar la línea donde habitan los que no lo son. Al pasar por la Trinidad siempre observo un gran cartel con la Esperanza Trinitaria donde una fecha (1820 - 2020) nos recuerda dos siglos de devociones compartidas. Así es la vida por estos lares.  Renacemos cada año con la Cuaresma sevillana; se nos mueren los grandes Poetas pero nos dejan su inmortal Poesía y revivimos en la memoria sentimental con una Virgen que, cada Sábado Santo,  nos muestra el Camino (siempre con retorno) de nuestra Semana Mayor.  Al final es verdad que nuestras vidas son Ríos que van a dar a la Mar......de la ¡Esperanza!

Decíamos ayer.....

Dentro de pocos días se cumplirá un año desde que apareció en nuestras vidas y haciendas este maldito virus.  Cambió nuestra cotidianidad por un simulacro de vida donde todo está seriamente adulterado.  Nuestro presente es una frágil pasarela que une las certezas del pasado con las incertidumbres del futuro.  En nuestra Ciudad las naranjas amargas se caen de los árboles formando,  por calles y plazoletas,  una alfombra de desidia y amargura.  Las Papeletas de sitio duermen el sueño de los justos en los ilusionantes cajones de las Hermandades.  Somos zombis enmascarados que nos reflejamos en los escaparates de los comercios en permanente rebajas.  Ya todo está rebajado,  hasta la propia vida.  Nietos que crecen y abuelos que decrecen sin que los interesados sean partícipes de este discurrir de la existencia humana.  Los creyentes le rezan a Dios y los agnósticos le piden a sus amigos cristianos que los incluyan en sus oraciones.  Vivimos en una especie de trampantojo donde cada nueva capa nos depara una nueva sorpresa.  Sabremos que habremos vuelto a la normalidad cuando vuelvan las oscuras golondrinas del Poeta de Conde de Barajas; cuando los besos y abrazos sean plenamente presenciales y, a que negarlo,  veamos abierto "El Tremendo " de Santa Catalina. Decíamos ayer.....

Manual de resistencia

Dentro de pocos días se cumplirá un año desde que este maldito virus apareció en nuestras vidas.  Todavía hay momentos en que nos parece estar viviendo una pesadilla y de la que terminaremos despertando.  Nuestras vidas transcurren enmarañadas en una realidad de avances y retrocesos.  Los datos que, al día de hoy,  ofrece la Pandemia a nivel planetario son desoladores: 106,6  millones de contagios y 2,3 millones de fallecidos.  Recuerdo que, en su gran mayoría,  los niños de mi Generación padeciamos una serie de carencias que hacían muy difícil la vida cotidiana.  Salimos adelante por la gran dosis de cariño y protección que nos dieron nuestros mayores.  Resistimos,  eso sí,  curtiendo nuestra piel en cada envite y siempre con la Esperanza por bandera.  Pocas dudas tengo de que lo peor de la Pandemia ya ha pasado y que con el avance de la vacunación esta pesadilla irá remitiendo.  Lo importante,  lo verdaderamente importante,  es salir de las trincheras con el menor número de bajas posibles.  Todavía,  a que engañarnos, nos queda un buen tramo en este largo y tortuoso sendero pandémico.  Resistiremos por nosotros y por los que se quedaron en el camino.  Volveremos a abrazarnos sin cortapisas de rostros enmascarados ni distancias de seguridad.  Lo cantaba la gran Lole Montoya: "Que es que en amores,  las caricias soñadas son las mejores ".

Salvar al soldado Pérez

Hace unos días le escuché decir a doña Reyes Maroto,  Ministra de Industria, Comercio y Turismo,  que no se descartaba "salvar la Semana Santa ". Por salvar que no quede.  Después del largo y duro confinamiento se planteó como cuestión prioritaria "salvar el Verano". Se llenaron las playas, las discotecas y las terrazas para posteriormente llenar los hospitales,  las UCI y los tanatorios.  ?Aprendieron la dura lección? ?Se consiguió "salvar el Verano "? Para nada. Después, cuando los datos pandemicos mejoraron,  se puso de nuevo en marcha el Equipo de Salvamento de "nuestra " clase política.  Había que conseguir a toda costa "salvar la Navidad ". Las consecuencias las estamos pagando hoy con creces.  Cómo se han creído que a la tercera va la vencida ahora toca "salvar la Semana Santa ". Son muchas, muchísimas,  las personas fallecidas como para tomar el tema con frivolidad.  No terminan de enterarse de que hasta se vaya controlando la Pandemia no se podrá reactivar la Economía.  Es fácil y humano empatizar con las miles de familias que carecen de recursos y están al borde de la desesperación.  Precisamente ahí es donde debe destinarse una parte considerable de los fondos que la UE ha destinado a España (140.000 millones de euros). Pero, a que engañarnos,  ahora interesa más hablar de las Elecciones catalanas que en ponerle nombres y apellidos  a tantas personas fallecidas por la Pandemia. Nosotros queremos salvar al soldado Pérez y ellos salvar al soldado Illa.

Chopin

La Pandemia ha propiciado que nuestra vida (en todos los sentidos) haya sido alterada sustancialmente.  No queda otra que adaptarnos a lo que cada día nos demandan las circunstancias.  Desde que pasé a la "Reserva India " de los laboralmente inactivos dos días tiene la semana que colman una buena parte  de mis aspiraciones existenciales.  Lunes y jueves.  Los lunes acudo puntual a San Nicolás para, a través de La Candelaria,  reencontrarme con mi pasado.  Los jueves acudo (más bien acudía) a Dos Hermanas donde, por medio de mis nietos,  contemplo gozoso la estela de mi futuro.  Hay un hecho puntual que vivo cada lunes cuando estoy muy cerca de arribar a San Nicolás.  Ocurre en la calle Mármoles.  A esa hora de la mañana escucho como un pianista (entiendo que de manera magistral) interpreta a Chopin.  La música llega plácidamente a la calle a través de un balcón semiabierto.  Siempre me paro un momento pues se que en cuanto arranque a andar se evaporará la magia.  Ignoro si el pianista será profesional o simplemente un buen aficionado. Lo cierto es que un buen piano; un buen pianista y una partitura de Chopin dan para mucho. Con el hermoso complemento añadido de estar ya a cien metros de La Candelaria.  Son esos placeres cotidianos que te demuestran que la Felicidad  más que tener es sentir.