La mañana previa al Día de Reyes se nos abre con la noticia, triste noticia, del fallecimiento de la joven sevillana Elena Huelva. Tenía 20 años de edad y padecía un cáncer que ha terminado con su joven vida (sarcoma de Ewing). Su lucha contra el cáncer se hizo viral en las Redes Sociales por su valentía y por ser capaz de narrar cada día sus ganas de vivir en circunstancias tan extremas. Siempre utilizaba un lema que era “Mis ganas ganan” que le dio título al libro que nos escribió para la posteridad. Elena se hizo influencer en una época donde este concepto está tan manipulado e influenciado por espurios intereses comerciales. Cuando ya los días los vives asomado al balcón de los epílogos existenciales estos ejemplos, tan rotundos de dignidad y lucha por la supervivencia, te dejan con la certeza, absoluta certeza, de que no todo está perdido. Esta muchacha sevillana ha perdido la vida y nos ha dejado un ejemplo imperecedero de lucha contra la irracionalidad de morir en plena juventud. Se va a la Gloria donde habitan los ángeles de Murillo y nos deja inmersos en la duda de que puede ser verdad que, a veces, Dios escribe con renglones torcidos.
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