miércoles, 26 de marzo de 2014

El candil de Diógenes





1) La Democracia no es mala, la que es mala es la  
forma de gestionarla por muchos políticos.
2) La Política no es mala, la que es mala es esta forma
actual de hacer política.
3) En la Democracia la Política no genera corrupción:
la generan los políticos malos y los empresarios sinvergüenzas.
4) No todos los políticos son malos, pero si son malos muchos de
estos políticos.
5) La Política si soluciona problemas de la ciudadanía,
la que no los soluciona o los agrava aún más es esta
clase de política neoliberal.
6) Los Parlamentos democráticos si son necesarios, pero
no estos Parlamentos inaccesibles para los ciudadanos.
7) Europa será la solución cuando deje de ser el problema.
   - Antonio Fraguas “Forges” -


Sus amigos lo consideraban iluso e ingenuo. Sus compañeros de Partido lo consideraban raro y peligroso. Su santa esposa lo consideraba dos veces lelo. Sus hijos lo consideraban obsoleto y desfasado. Su anciana madre lo adoraba y consideraba que su padre y su abuelo republicano lo mirarían sonrientes y complacidos desde los balcones del Cielo. En definitiva, su círculo más íntimo tenía de él una consideración poco o nada positiva (eso si, exceptuando a su madre). Un buen hombre al machadiano modo siempre sería molesto en la “Cueva de Alí Babá y los mil quinientos ladrones”.  Tomaba café desde hace no menos de veinte años en el mismo sitio: el Bar de Manolito. Este procuraba servirle el mejor café de la mañana y su mujer dejaba por un momento descansar a la tostadora para desearle con una amplia sonrisa los “Buenos días”.  Los vecinos lo saludaban afectuosos y a más de uno se le escapó eso de: ¡Pepe Luis, que pocos políticos quedan como tú!  Iba cada día al Consistorio en un viejo coche que hacia bastante tiempo estaba pidiendo la jubilación. Tenía lo necesario para vivir al día, sin estrecheces y procurando con hechos demostrar, y demostrarse a si mismo, que estaba en política para servir al pueblo. Solo pensaba agotar una legislatura y volver, con la conciencia tranquila, a su puesto de Profesor de Matemáticas en un Instituto del Aljarafe. Estaba dispuesto a marcharse de sus tareas públicas sin más “botín” que la satisfacción del deber cumplido. Tenía conocimiento que “National Geographic” había previsto proponerlo como “especie protegida en vías de extinción”.  Siempre decía que no era para tanto pero, eso sí, era una gozada poder dormir sin soñar con el fantasma de los EREs.  Era un político que no solo decía ser honrado sino que además podía demostrarlo fácilmente. Seguro que Diógenes cuando, por las calles de Atenas, buscaba con su candil un solo hombre honesto se hubiera tropezado con él.  Un raro superviviente del idealismo militante.

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