1) La Democracia no es mala,
la que es mala es la
forma de gestionarla por muchos
políticos.
2) La Política no es mala, la
que es mala es esta forma
actual de hacer política.
3) En la Democracia la Política
no genera corrupción:
la generan los políticos malos y
los empresarios sinvergüenzas.
4) No todos los políticos son
malos, pero si son malos muchos de
estos políticos.
5) La Política si soluciona
problemas de la ciudadanía,
la que no los soluciona o los
agrava aún más es esta
clase de política neoliberal.
6) Los Parlamentos democráticos
si son necesarios, pero
no estos Parlamentos inaccesibles
para los ciudadanos.
7) Europa será la solución cuando
deje de ser el problema.
- Antonio Fraguas “Forges” -
Sus amigos lo consideraban iluso e ingenuo. Sus compañeros de Partido
lo consideraban raro y peligroso. Su santa esposa lo consideraba dos veces
lelo. Sus hijos lo consideraban obsoleto y desfasado. Su anciana madre lo
adoraba y consideraba que su padre y su abuelo republicano lo mirarían
sonrientes y complacidos desde los balcones del Cielo. En definitiva, su
círculo más íntimo tenía de él una consideración poco o nada positiva (eso si,
exceptuando a su madre). Un buen hombre al machadiano modo siempre sería molesto
en la “Cueva de Alí Babá y los mil quinientos ladrones”. Tomaba café desde hace no menos de veinte años
en el mismo sitio: el Bar de Manolito. Este procuraba servirle el mejor café de
la mañana y su mujer dejaba por un momento descansar a la tostadora para
desearle con una amplia sonrisa los “Buenos días”. Los vecinos lo saludaban afectuosos y a más de
uno se le escapó eso de: ¡Pepe Luis, que pocos políticos quedan como tú! Iba cada día al Consistorio en un viejo coche
que hacia bastante tiempo estaba pidiendo la jubilación. Tenía lo necesario
para vivir al día, sin estrecheces y procurando con hechos demostrar, y
demostrarse a si mismo, que estaba en política para servir al pueblo. Solo
pensaba agotar una legislatura y volver, con la conciencia tranquila, a su
puesto de Profesor de Matemáticas en un Instituto del Aljarafe. Estaba
dispuesto a marcharse de sus tareas públicas sin más “botín” que la
satisfacción del deber cumplido. Tenía conocimiento que “National Geographic”
había previsto proponerlo como “especie protegida en vías de extinción”. Siempre decía que no era para tanto pero, eso
sí, era una gozada poder dormir sin soñar con el fantasma de los EREs. Era un político que no solo decía ser honrado
sino que además podía demostrarlo fácilmente. Seguro que Diógenes cuando, por
las calles de Atenas, buscaba con su candil un solo hombre honesto se hubiera
tropezado con él. Un raro superviviente
del idealismo militante.
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