lunes, 16 de mayo de 2016

Carmen la del Pincho




 

De vez en cuando la prensa nos trae noticias que, dada sus singularidades, llaman poderosamente nuestra atención. A la que voy a referirme ocurrió el día 24 del pasado mes de febrero en el sevillano Parque de María Luisa. Allí se produjo un macabro suceso donde violaron a una pobre muchacha que al parecer se encontraba  semiinconsciente bajo los efectos de los fármacos ingeridos. Como consecuencia de esta violación murió prácticamente desangrada. Una verdadera tragedia y una nueva muestra de donde llega la maldad humana. Los acontecimientos seguían su curso con el desarrollo de las pertinentes investigaciones policiales.  En principio todo apuntaba a un suicidio hasta que aparece en escena (nunca mejor dicho) una señora de la limpieza del Parque llamada “Carmen la del Pincho” (así es conocida familiarmente y es como a ella le gusta que la llamen). Esta mujer se dedica desde hace 28 años a recoger las ramas que el viento deja desperdigadas por caminos y veredas.  Ella parece que tiene una especial predilección por las series del CSI (afición que comparto plenamente) y observó en el escenario del suceso una serie de cuestiones que no cuadraban con su desarrollada afición por el valor de las pruebas. En el lugar había sin retirar una serie de salvaslips con sangre y algunas cosas más que ella entendía podían ser vitales para el esclarecimiento de lo acontecido. Dicho y hecho. Provista de una bolsa de basura a modo de guantes para no contaminar las pruebas las fue guardando cuidadosamente en una bolsita y puso las mismas a disposición judicial. En medios forenses llamó poderosamente la atención como Carmen había dispuesto una perfecta distribución de las pruebas encontradas. La aportación de las mismas ha resultado clave para el total esclarecimientos de los hechos. La fiscal del caso ha felicitado expresamente a Carmen por la gran minuciosidad con las que recogió y separó las pruebas. ¡Toma ya investigación a la sevillana!  ¡Chupate esa Horatio Caine! Al ser irrecuperable la vida de esta pobre muchacha al menos que pague quien se ensañó con ella.  Como dice Carmen ya descansa para siempre entre flores y buenos jardineros.  Dos mujeres y un destino.

 

 

Juan Luis Franco – Lunes Día 16 de Mayo del 2016

 


 

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