De vez en cuando la prensa nos trae noticias que, dada sus
singularidades, llaman poderosamente nuestra atención. A la que voy a referirme
ocurrió el día 24 del pasado mes de febrero en el sevillano Parque de María Luisa. Allí se produjo
un macabro suceso donde violaron a una pobre muchacha que al parecer se
encontraba semiinconsciente bajo los
efectos de los fármacos ingeridos. Como consecuencia de esta violación murió
prácticamente desangrada. Una verdadera tragedia y una nueva muestra de donde
llega la maldad humana. Los acontecimientos seguían su curso con el desarrollo
de las pertinentes investigaciones policiales. En principio todo apuntaba a un suicidio hasta
que aparece en escena (nunca mejor dicho) una señora de la limpieza del Parque
llamada “Carmen la del Pincho” (así
es conocida familiarmente y es como a ella le gusta que la llamen). Esta mujer
se dedica desde hace 28 años a recoger las ramas que el viento deja
desperdigadas por caminos y veredas.
Ella parece que tiene una especial predilección por las series del CSI (afición que comparto plenamente) y
observó en el escenario del suceso una serie de cuestiones que no cuadraban con
su desarrollada afición por el valor de las pruebas. En el lugar había sin retirar
una serie de salvaslips con sangre y algunas cosas más que ella entendía podían
ser vitales para el esclarecimiento de lo acontecido. Dicho y hecho. Provista
de una bolsa de basura a modo de guantes para no contaminar las pruebas las fue
guardando cuidadosamente en una bolsita y puso las mismas a disposición
judicial. En medios forenses llamó poderosamente la atención como Carmen había dispuesto una perfecta
distribución de las pruebas encontradas. La aportación de las mismas ha
resultado clave para el total esclarecimientos de los hechos. La fiscal del
caso ha felicitado expresamente a Carmen
por la gran minuciosidad con las que recogió y separó las pruebas. ¡Toma ya
investigación a la sevillana! ¡Chupate
esa Horatio Caine! Al ser
irrecuperable la vida de esta pobre muchacha al menos que pague quien se ensañó
con ella. Como dice Carmen ya descansa para siempre entre flores y buenos jardineros. Dos mujeres y un destino.
Juan Luis Franco – Lunes Día 16 de Mayo del 2016
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