Si entramos en Wikipedia para indagar un poco sobre la canción “Jolene” nos encontramos con lo siguiente: “Jolene es una canción escrita e interpretada por Dolly Parton en su álbum homónimo Jolene de 1973, producido por Bob Ferguson. Está situada en el puesto número 217 de las 500 mejores canciones de todos los tiempos según la revista Rolling Stone”. Sobre la historia de esta mítica e inmortal canción se agrega: “Jolene cuenta la historia de una ama de casa que se enfrenta a otra mujer seductora y voluptuosa que según la primera está intentando robarle a su marido” Un canto desesperado ante una lucha que ella considera perdida por impedir que su marido caiga preso en las redes de la seducción. Hay distintas versiones de los verdaderos interpretes de esta inmortal canción. Circulando una que dice que se trataba de la misma Dolly Parton cuando comprobó que su marido estaba “tonteando” con una alta pelirroja empleada en el banco. Como las visitas de su esposo a esta entidad eran cada vez más frecuentes Dolly tomo cartas en el asunto para impedir que su esposo derrapara en los brazos de la pelirroja. La canción tuvo (y tiene) un éxito arrollador y situó a la gran Dolly Parton en el Olimpo de las grandes divas de la canción. Reconozco sin ambages que para mí “Jolene” es una de mis grandes canciones favoritas. La suelo escuchar con frecuencia y siempre logra emocionarme de nuevo. Esta canción nos narra algo recurrente tanto en la música como en el cine como son los tríos amorosos. Esposo, esposa y amante. La esposa se siente en este triangulo sentimental legítimamente menospreciada. La amante siempre sabe que su papel es tan solo pasional y por tanto irrelevante a corto o medio plazo. El esposo es quien provoca esta laberíntica situación y al final es quien menos sufre con la misma. La tesis cantora de don Antonio Machín: “Y ahora puedes tú saber como se pueden querer dos mujeres a la vez y no estar loco”. La sempiterna y machista teoría de que el hombre busque fuera (una amante) lo que no encuentra en su casa. Si esta teoría la desarrollase una mujer para la sociedad (todavía con amplios sesgos machistas) sería un “putón verbenero”. Si la desarrolla un hombre ya la cosa varia y queda contextualizada simplemente como “cosas de hombres”. “Jolene” es una canción de las que al escucharla te redime ante tanta mediocridad sonora como nos rodea. Las canciones configuran una parte fundamental de nuestra cultura sentimental. Nos inducen a soñar y configuran en nuestra mente el reencuentro con los paraísos perdidos de la juventud. Una época de nuestras vidas donde el poder soñar aparte de gratis era absolutamente necesario. Suena “Jolene” en mi tocadiscos y la vida me parece más bella y menos mercantilista. La eterna belleza de las canciones del alma.
lunes, 16 de junio de 2025
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