Son ya sesenta años los que llevo ejerciendo de aficionado y estudioso del Flamenco. Es una afición que heredé de mi padre y que me va a acompañar hasta que el de San Lorenzo me diga: "Hasta aquí llegaste ". Para mí el Flamenco es más que una afición o una pasión es, simple y llanamente, una religión. Si algo he aprendido a lo largo de estos años es que el Flamenco siempre ha sido, es y será consecuencia y testigo de la época que le ha tocado vivir. Ahora la 2 de TVE ha empezado una nueva aventura flamenca: "Caminos del Flamenco ". Una serie de diez capítulos que bajo la dirección del gaditano Juan José Ponce nos mostrará distintas rutas para poder contextualizar, en distintas claves, el Flamenco actual. La presentación de este programa está a cargo de Miguel Poveda, gran cantaor, gran artista y mejor persona. Le acompaña Soleá Morente, la hija menor del recordado y admirado Enrique Morente (el benjamín de esta saga es Kiki Morente). Ya se han emitido tres programas (martes a las 11 de la noche) que son: "De Cádiz y sus puertos"; "Del Sur a Barcelona " y "De Triana a Sevilla ". Se han visto algunas cosas interesantes y algunos vestigios de un ambiguo vanguardismo que sitúa al Flamenco en tierra de nadie. Este Arte, parido y amamantado por la Madre Andalucía, siempre ha estado sometido a un proceso de renovación permanente y las expectativas artísticas y culturales del siglo XXI no le pueden resultar ajenas. Como pasó siempre será la nueva generación de artistas (magnífica por cierto) y los nuevos aficionados quienes determinen el camino a seguir. Los viejos aficionados no podemos tragar con todo en aras de una falsa modernidad, ni tampoco ejercer permanentemente de censores de cuentas flamencas. La libre creatividad es innegociable como también lo es la capacidad receptiva de los aficionados. Tiempo al tiempo que es quien al final separa lo verdadero de lo falso. Nada nuevo bajo el sol de Andalucía.
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