martes, 28 de mayo de 2024

El horror retransmitido en directo


Vivimos tiempo convulsos donde la tragedia se ha apoderado de los salones de nuestras casas. La Historia de la Humanidad es la historia de las mil formas que los hombres han adaptado para poder matarse. Los daños colaterales siempre son la viudedad de las mujeres y la orfandad de los niños. Cuando una guerra discurre por los siniestros senderos de la barbarie ya casi nadie sabe dilucidar el origen de la misma. Lo que se está viviendo en la Franja de Gaza supera, por su inmediatez mediática, todo cuanto pueda soportar las mentes y los corazones de la gente decente. Se matan sin piedad a personas (niños incluidos) que ya no saben donde refugiarse y que son pasto de las inmisericordes bombas. El origen de esta masacre parece que ha sido olvidada por una parte de esta dogmática progresía que ni puede (por no saber) ni tampoco suma (por no entender). El grupo terrorista Hamás inició una cobarde y criminal incursión en Israel matando a sangre y a fuego a todo ser viviente que encontraban a su paso. Irrumpieron en un Festival de Música que se estaba celebrando al aire libre asesinando y secuestrando a muchos de los asistentes. Luego, como cobardes sanguinarios, se vuelven a los cientos de kilómetros de túneles que tienen construidos en Gaza para poder vivir bajo tierra. Tan solo salen para tirar la piedra y esconder la mano. Buscaban la respuesta tremenda y desproporcionada que las fuerzas armadas israelíes iban a perpetrar contra el pueblo palestino. Israel no hace prisioneros. El resultado ya nos lo muestran los informativos con todo lujo de detalles. La muerte campando a sus anchas entre los escombros y el dolor más infinito. Conviene no ser ingenuos y comprender que esto es lo que perseguían los terroristas de Hamás. Una publicidad gratuita para demonizar al pueblo de Israel. Nada ni nadie puede justificar la barbarie programada contra los palestinos. Tampoco es de justicia dejar al margen de esta situación la criminal y canallesca actuación de Hamás. Estos, que lo mismo les molesta la ayuda española a la invadida Ucrania que obvian condenar sin reservas a Putin o a Hamás, pretenden ahora convertirse en la conciencia de todos. Es imposible entender la cultura occidental sin la aportación del judaísmo y sobre ellos se proyectaron las sombras de la mayor masacre de la Historia (el Holocausto). Los políticos de cualquier ideología tienen la ineludible obligación moral de denunciar y parar esta barbarie. Difícil tarea en un mundo globalizado y donde los intereses partidistas y de países siempre terminan prevaleciendo. Israel y Palestina; Palestina e Israel o se configuran como dos Estados o la sangre nunca terminará de secarse. Desgraciadamente nos quedan todavía días muy negros de este cruel genocidio. Hasta el Dios de nuestros mayores se preguntará desde los cielos si mereció la pena crear al primer hombre.

jueves, 23 de mayo de 2024

La tragedia como espectáculo


Lo ocurrido en Huétor Tájar (Granada) supera con creces los limites de las mayores tragedias humanas. Todo comenzó hace unos meses.  Un hombre conduce un coche donde lleva a su familia.  Se produce un accidente y como resultado del mismo fallecen la esposa y la hija del conductor y sus nietos sufren heridas de diversa consideración.  El conductor resulta ileso y, parece ser, que de desde entonces se produce un severo distanciamiento entre suegro y yerno.  El final, con sus aspectos más terribles, estaba todavía por llegar.  El abuelo, portando una escopeta, se atrinchera reteniendo a sus dos nietos y hace caso omiso a los requerimientos a la sensatez por parte de la Guardia Civil (mediadores incluidos).  El final, dramático final, ya lo conocemos.  Mata a sus dos nietos y se termina suicidando.  Lo que resultaba evidente es que los “carroñeros” mediáticos no iban a desaprovechar el juego televisivo que les podía proporcionar este terrible suceso.  Todo dentro del estercolero “informativo” en que han convertido la noble y necesaria tarea de informar desde el rigor y la objetividad.  Hoy ya todo gira en torno al espectáculo  mediático donde los sentimientos y el respeto al dolor ajeno brillan por su ausencia.  Se trata de “hacer caja” a cualquier precio subiendo los índices de audiencia y por extensión los beneficios que genera la publicidad.  Banalizan las cuestiones más espinosas y presumen de ser portadores del sentir mayoritario de la gente.  Todo, eso sí, dicen hacerlo en aras de tener a la ciudadanía bien informada.  Han cubierto decenas y decenas de programas con el “caso Daniel Sancho”.  No se paran a pensar  (¿pensar?, una nefasta manía)  que existen familiares que están sufriendo por el trágico suceso  y por el  permanente acoso mediático a que se les somete.  Todo vale con tal de que no pare de hervir el enorme caldero de la “telebasura”.   Parece ser que en esto consistía lo que algunos y algunas entendían por libertad de expresión.  Bulos, rumores, mentiras y insidias al por mayor.  Que no se pare el tren que lleva a unos pocos hacia la Estación de la opulencia mientras el andén está lleno de ingenuos tocando las palma a la orden del regidor de turno.  No podemos pretender que un país que generalmente no lee  sepa leer entre líneas.  Es imprescindible que la rueda de la fortuna (de unos pocos) no se pare pues el espectáculo debe continuar.  El dolor ajeno como moneda de cambio.  La confusión como principal activo en un mercado persa  donde todo se compra y se vende.  La tragedia como espectáculo televisivo. El rigor ha muerto.  ¡Viva la desinformación!

viernes, 17 de mayo de 2024

Jesús Navas o la verdad del Fútbol

Se ha cumplido la crónica de una marcha anunciada.  Jesús Navas dejará a final de temporada la disciplina de su querido Sevilla FC.  Le contemplan 688 partidos con la Entidad sevillista y ha sido uno de los principales artífices de la Edad de Oro del Sevilla.   Ha jugado 51 partidos con la Selección Española  y ha participado en tres títulos fundamentales de la misma. Le cabe el inmenso honor de haber participado en el gol más famoso de la Historia de la Selección (gol de Andrés Iniesta contra Holanda).  Ignoro los vericuetos directivos que han impedido la renovación del jugador de Los Palacios y Villafranca aunque resulta evidente que Jesús Navas  tiene todavía mucho fútbol en sus botas.  Estamos a que dudarlo ante un futbolista excepcional y, lo más importante, alguien respetado y querido en toda la esfera del mundo futbolero. Un deportista integro en el más noble sentido del término.  Como futbolista reúne unas condiciones que lo hacen entrar por derecho propio en el Olimpo de los grandes jugadores.  La banda es su espacio natural y con unas condiciones físicas y técnicas excepcionales la recorre cientos de veces en cada partido. Incansable en sus subidas y bajadas es una bala que percute siempre por el lado derecho del campo. Sabe elegir en cada momento la opción más acorde con lo que reclama la jugada. Debajo de una apariencia física de una cierta fragilidad se esconde un enorme potencial físico de difícil parangón entre los jugadores de banda.  Hombre sencillo y poco dado a las exposiciones mediáticas.  Jesús Navas reparte su tiempo entre su profesión de futbolista y un fuerte apego por su familia.  Introvertido y tremendamente afectivo en las distancias cortas se nos configura como ejemplo y modelo de gran deportista y mejor persona. Cuando en la actualidad la imagen le ha ganado su sitio natural a la imaginación Jesús Navas se nos representa como el adalid de la verdad de este mercantilizado deporte.  No sabemos donde será su próximo y posiblemente último destino futbolero.  Desearle suerte, mucha suerte, es nuestra obligación moral ante este futbolistas tan excepcional.  Engrandeció y ennobleció el deporte que ha practicado intensamente desde niño.  La recta de Los Palacios es la senda que lo trajo a la Ciudad de Sevilla para mayor gloria de uno de sus grandes Equipos.  Jesús Navas sevillista ejemplar y deportista integro tanto en el continente como en el contenido.  Una forma de jugar; una forma de sentir; una forma de pensar y una forma de actuar que lo configuran como alguien absolutamente admirable.  Se marcha el jugador y nos deja una huella imborrable por los vericuetos sentimentales del Barrio de Nervión.  Suerte Jesús y eternamente agradecidos por tanto como nos ha dado.  Poner de acuerdo a béticos y sevillistas en afectos compartidos solo está al alcance de los mas grandes.  Jesús Navas o la verdad del Fútbol. 

jueves, 16 de mayo de 2024

La meritocracia de sus señorías

Decir que en la actualidad existe una fuerte desafección ciudadana hacia el mundo de la política creo que no es más que constatar un hecho evidente. Los tan necesarios  razonamientos; la necesaria confrontación dialéctica y la validación de los argumentos propios (en confrontación con los ajenos) han pasado a mejor vida.  Ahora, en política y de manera definitiva, impera el mundo de la calumnia, el bulo, la descalificación y, en no pocas ocasiones, el insulto más soez.  Los más peligrosos son los “meritorios” y “meritorias” que tratan de abrirse camino en sus Partidos a golpes de exabruptos.  Son personajillos que pululan por el Parlamento y el Senado buscando una oportunidad para demostrarles a sus jefes su verdadero “potencial” político.  Hace ya muchos años que desistí de presenciar en directo o en diferido como remueven cada día el fango de la política.  Lo hago en primer lugar por una simple cuestión de higiene moral y por no asistir como espectador a este lamentable espectáculo.  Han convertido el intentar estar bien informado en un ejercicio de masoquismo.  Entiendo y creo firmemente que en todos los Partidos políticos existen personas sensatas que desarrollan su actividad dentro de los cauces del respeto y las buenas formas.  Son, desgraciadamente, una minoría que se ven arrastrados por este alud de mierda política y mediática.  El buen político se sostiene y se nutre de cuatro elementos fundamentales.  A saber: honradez, sensatez, espíritu constructivo y buena capacidad de gestión.  Parece fácil pero busquen a estos ejemplares en la selva de la política actual y comprobarán que son una especie en vías de extinción.  Ya no hace falta argumentar nada pues la verdadera valoración siempre vendrá de su alto grado difamatorio y su nivel de descalificación.  ¿Qué puñetas leerá esta plebe?  ¿Van alguna vez al Cine o al Teatro¿  ¿En que parte de su recorrido existencial perdieron el morral de los valores?  ¿Qué principios cívicos y morales les enseñan a sus hijos?  Insultan, descalifican y calumnian mientras su bancada se parten las manos aplaudiendo. No tienen limites pues saben que, desde la racionalidad, poco o nada le pueden aportar a una sociedad democrática.  Se encuentran muy cómodos descalificando al adversario (para ellos siempre enemigos) y han conseguido algo muy peligroso: la completa desafección política de la ciudadanía.  Aunque, eso si, siempre son los otros los que embarran las cosas de la política y ellos, en uso de su legitimo derecho, no hacen más que defenderse.  Son personajillos irrelevantes que con tal de hacer méritos son capaces de perpetrar los “discursos” más miserables.  Crean de manera permanente “Comisiones de Investigación” cuando son ellos, como demócratas,  los que de verdad necesitan ser investigados.  La mala gente que decía Machado que va apestando la tierra.  Lo más triste es que viven opíparamente a costa del dinero de los sufridos contribuyentes.  Los “jefes” de los Partidos los jalean y los mantienen hasta que ya ven que no les son de ninguna utilidad.  Entonces los dejan caer y pasan de inmediato al ostracismo más absoluto.  El merito, los “méritos” contraídos en sus quehaceres políticos ya les resultan insuficientes para seguir chupando de la teta del Estado.  Se van como se van las nubes en la Primavera: sin que nadie añore su ausencia.  Debilitan con su comportamiento a las instituciones democráticas y al final consiguen que la gente considere a la Democracia como un mal menor.  Por sus “méritos” los conoceréis.  La meritocracia, la falsa meritocracia de sus inocuas señorías.

martes, 14 de mayo de 2024

La magdalena de Proust


Marcel Proust escribió su monumental obra (“En busca del tiempo perdido”) entre 1908 y 1922. Fueron siete volúmenes que la sitúan entre las obras cumbres de la Literatura Universal. La famosa “magdalena de Proust” aparece en el primer volumen (“Por el camino de Swann”). Al mojar una magdalena recién hecha en una taza de té al personaje de la novela le vienen de repente una serie de recuerdos que lo retrotraen al paraíso de la infancia. Es la eterna cantinela de vivir de los recuerdos o vivir con los recuerdos. Mientras nuestra salud no se resquebraje en exceso lo verdaderamente importante en la vida es seguir avanzando y poder cubrir días, meses y años. Todo envuelto en las inevitables secuelas de luces y sombras. Acumular experiencia con los errores y aciertos cometidos y reinventarse cada día con los amaneceres que todavía se nos regalan. Recordar a quienes bien quisiste y, lo más importante, mucho te quisieron es una noble manera de mantenerlos con vida. Se vive siempre hacia adelante como así nos marca las agujas del reloj. Sentir permanentemente lo vivido llevando contigo el fardo de los sentimientos compartidos. Siempre lo verdaderamente importante será que todavía los proyectos le ganen la partida a los balances. La memoria es un almacén de vivencias compartidas donde los recuerdos adoptan las formas mas heterogéneas. Aquellas porfías con tu hermano a ver quien aguantaba mejor el equilibrio de la bola de helado del cucurucho. El olor a cloro de una piscina pública donde abrir los ojos bajo el agua era sinónimo de escozores visuales. El embriagador perfume de la alhucema que tu madre depositaba en el brasero. El olor del aftershave (Floid) que usaba tu padre y que al besarte te dejaba reminiscencias de antigua barbería. El mareante humo del tabaco de picadura de tu abuelo. Los mágicos efluvios de la ropa recién planchada por tu abuela. El primer “Bisonte” al que le diste una calada y que juraste (y lo cumpliste) que sería la última vez que fumabas. Marcel Proust fue capaz de crear una obra literaria inmortal con el recuerdo de una magdalena mojada en un té. Recordar no es simplemente un ejercicio de nostalgia es más bien una demostración de que ha valido la pena nuestra andadura terrenal. Las personas, los objetos, los momentos y todo cuanto tocamos para transformarlos en mágicos. Al final del trayecto se nos presentan como un armazón sentimental que siempre nos devuelve a los ausentes. “El esplendor en la hierba” del gran Elia Kasan como muestra inequívoca de que cuando construyes tu existencia con los momentos vividos no quedará hueco para la melancolía. “La magdalena de Proust” mojada en una taza de té. Recordar siempre será vivir por partida doble. No dejar que los muertos sean solo imágenes inertes en una foto sepia. Intentar resucitarlos sentimentalmente es una de nuestras más nobles tareas.

jueves, 9 de mayo de 2024

A vueltas con el tiki-taka

A César Luis Menotti el Leonardo da Vinci del Fútbol 

La vida con sus circunstancias colaterales cambia de manera permanente y evoluciona unas veces para bien y otras para mal.  El fútbol en los últimos treinta años ha cambiado de una manera  drástica.  Se ha ganado en el juego combinativo y se ha perdido una parte considerable de espontaneidad.  Antes los defensas centrales eran muros de contención defensivos y en la actualidad todos sacan la pelota jugada desde atrás.  Por esta Tierra de María Santísima  tuvimos a dos épicos centrales que defendían sus porterías de una manera numantina.  Eran Marcelo Campanal en el Sevilla y  Eusebio Ríos en el Betis.  Despejaban todos los balones que llegaban a sus inmediaciones y la clave era mandarlos cuanto más lejos mejor.  Fue Jesús Garay el primer central que bajó el balón al suelo y empezó a elaborar los ataques desde su propia defensa.  El fútbol que se practica hoy poco tiene que ver con el que se jugaba en los años sesenta.  Ha sido un proceso evolutivo que ha aportado cosas muy interesantes pero que también ha dejado por el camino otras llenas de esencia futbolera.  Hoy predomina en todos los equipos el pase de seguridad.  Se está perdiendo cada vez más el juego exterior (los grandes extremos) con sus desbordes (regates en el uno contra uno)  y está terminantemente prohibido chutar desde fuera del área (eso significa regalarle el balón al contrario).  Tenemos partidos de altísimo nivel donde llevamos 60 minutos de juego y todavía no se ha tirado entre los tres palos ni una sola vez.  Antes los porteros no sabían jugar con los pies pues podían coger la pelota con las manos en cualquier circunstancia (salvo fuera de su área). Hoy tenemos porteros que manejan los pies mejor que muchos jugadores de campo  (dixit Claudio Bravo o ter Stegen).  Aunque todavía perviven algunos  aspectos que casi nunca cambian.  Los mejores jugadores de la actualidad como Mbappé, Vinicius o Haaland  lo son por salirse del juego asociativo y escribir su propio y exitoso guión en cada partido.  Cristiano Ronaldo o Leo Messi (para mí el mejor de la Historia) basaban su rotundo éxito en unas geniales improvisaciones que hacían saltar por los aires las tácticas de pizarra.  Cuando estábamos como espectadores con un soporífero tuya y mía se sacaban un as de la manga y dinamitaban la contienda.  El fútbol sin una cierta dosis de improvisación se convierte en algo anodino e insustancial.  Se juega para ganar pero sin obviar que el buen juego siempre debe llevar aparejado la aparición de las victorias.  El miedo a perder el balón y ser reprendido por el entrenador de turno lleva a geniales jugadores a tener siempre cerrado el tarro de las esencias.  La disciplina es importante pero sin que esta sirva para lapidar el talento natural de cada jugador.  El futbol sin una cierta dosis de anarquía se convierte en un tedioso y monótono  tiki-taka. En esta Ciudad donde hemos disfrutado de Juanito Arza, Luis del Sol, Francisco, Cardeñosa,  Jesús Navas o Joaquín sabemos bien de que hablamos y donde estará siempre nuestros goces futboleros.  Sevilla, en cualquiera de sus manifestaciones, o es Arte o no es nada. 

lunes, 6 de mayo de 2024

Patio de cuadrilla

El pasado viernes día 3 de Mayo se nos presentó como un día aciago para la Fiesta Taurina.  El Ministro de Cultura  (de cuyo nombre no quiero acordarme) decidió por su cuenta y riesgo que se eliminaba el Premio Nacional de Tauromaquia.  Lo importante no era la cuantía económica de este Premio (30.000 euros) sino la intención de poder apartarlo drásticamente del Mundo de la Cultura.  El argumento, tan repetido como cansino, era que esto (los Toros) más que Cultura entraba dentro del maltrato animal.  Cuanto de Arte y Cultura pueda tener (tiene) el Mundo de los Toros (aparte de su fuerte impacto económico) no es algo que ni siquiera se esté dispuesto a debatir.  Picasso, Goya, Lorca, Alberti, José Bergamín, Manolo Sanlúcar o Joaquín Sabina, entre otros muchos, le dieron a esta Fiesta una patina de eterno valor artístico y cultural.  Evidentemente nada que objetar a que existan personas que solo vean la crudeza de los Toros (la sangre) y que esta sola visión les resulte poco o nada edificante. Están en su pleno derecho de pensar así.  Esto nos llevaría a crear una sociedad vegetariana y donde todos los animales que terminan en nuestros platos se mueran de viejos.  Heredé de mi padre sus dos grandes aficiones que eran los Toros y el Flamenco.  Creo que moriré con las botas puestas. Ya soy muy viejo para cambiar.  Aunque no sin cierta tristeza asumo que el futuro de la Fiesta se nos presenta bastante incierto.  Es conveniente no engañarse: el enemigo no esta fuera, lo tenemos dentro.  Los Toros tienen su principal basamento sentimental en el Rito y este siempre se lo daba el pueblo.  ¿De verdad alguien se cree ya que pueblo y toros caminan de la mano?   El Rito terminó de evaporarse definitivamente el día que el Depositario contemporáneo de las esencias toreras se sentó en la primera fila de un mitin de la extrema derecha (si hubiera sido de extrema izquierda mi opinión sería la misma).  Esto les proporcionó una valiosa “munición” a los antitaurinos y ya resultaba complicado desligar la Fiesta con la Derecha mas reaccionaria.  Conozco de primera mano que entre los viejos socialistas existen buenos aficionados taurinos.  La Fiesta nunca fue de izquierdas ni de derechas pero la miopía de algunos y los intereses partidistas de otros la han puesto  (nunca mejor dicho)  a los pies de los caballos.  Ahora les toca lamerse las heridas y repetir hasta lo saciedad que la Fiesta de los Toros es apolítica.  ¡A buenas horas mangas verdes!  Es dificil, muy difícil, interpretar la Historia de la  Ciudad de Sevilla sin que aparezca la magia de lo taurino.  Corren malos tiempos para la lírica….de los Toros.  No es solo una cuestión de respeto y entendimiento entre personas, es simple y llanamente una cuestión de saber exponer sensibilidades.  Los Toros de Lidia sin la Lidia dejarían de existir.  Esto conllevaría  a  la eliminación de las dehesas (ecología campestre en estado puro) y a la eliminación de muchos puestos de trabajo.  El Arte y la Cultura en clave andaluza y española serían menos Arte y menos Cultura.  Aunque no seamos ingenuos: aquí de lo que se trata es de cercenar  las verdaderas raíces españolas.  Estoy seguro de que se resistirán a esta debacle de manera numantina Sevilla, Zaragoza, Madrid y su principal fortín: los Sanfermines de Pamplona.  Suenan los clarines en la tarde abrileña cuando ya el anochecer se otea por el horizonte.  Nuestros nietos sabrán de los Toros por la IA (Inteligencia Artificial).  Cosas veredes amigo Sancho (una frase del Quijote que no aparece en el Quijote).  Bendito y complejo país el nuestro.  Los gurús de la libertad de expresión terminan coartando la de los demás. 

viernes, 3 de mayo de 2024

La vida en el espejo



“El espejo donde te mira
te mira como tú eres
pero nunca te dirá
los pensamientos que tienes” 
 (Soleá – Camarón de la Isla)


Las brujas, para blanquear su maldad, le preguntaban a los espejitos mágicos si seguían  siendo las más guapas del Reino.  Los espejos, como fieles cortesanos, le respondían que sin ninguna duda ellas eran las más bellas. Tampoco era plan de enfrentase al Poder pues ya sabemos las consecuencias de la noche de los cristales rotos.  En la Historia del Cine los espejos son algo más que un elemento accesorio y se nos configuran como algo fundamental en la trama.  En ellos se reflejan los rostros de la maldad y, paralelamente, también aparecen los de la bondad y la belleza.  Los malvados siempre le sonríen al espejo como ejemplo de que para ellos ser malos siempre tendrá un aliciente añadido.  Los buenos casi nunca se miran al espejo (no lo necesitan) y en las mujeres bellas son los espejos los que se miran en ellas.  El espejo siempre es el mismo; varia quién está frente a él.  Una película de suspense sin un espejo es lo mismo que una bandera sin un palo.  El espejo, tu espejo, es un fidedigno compañero de viaje que te va mostrando cada día  el  fiel  testimonio del paso de los años. Te va marcando la crónica anunciada de tu desgaste físico.  Nunca engaña y  te suele avisar con antelación que nuevas anomalías, dignas de ser atendidas, presenta tu cuerpo.  Recuerdo que en mi juventud cuando se quería alabar el físico de una mujer  siempre se decía que “tenia muy buen tipo”.   Aunque el latiguillo posterior dejaba incompleto el piropo: “tiene muy buen cuerpo pero de cara no es muy agraciada”.  Seguro que el espejo le aclaraba a la interfecta esta dicotomía pues allí se reflejan cuerpo y cara.  Dicen los poetas que cuando la luna se refleja en los ríos estos hacen las veces de espejo y devuelven su imagen plateada a los olivares del campo.  En la mágica y excelente novela de Juan Marsé (El embrujo de Shanghai-1992) los espejos se nos manifiestan tanto física  como metafóricamente.  Alicia se abría paso hacia el País de las Maravillas a través del espejo.  Dicen que la cara es el espejo del alma aunque suele ocurrir que ni todas las caras tienen alma ni todas las almas tienen cara.  Los espejos permanecen inertes a la espera de cobrar vida con la presencia humana.  Cantaba  el gran Serrat que su madre crió canas pespunteado pijamas y su padre se hizo viejo sin verse en el espejo. Mi padre se peinaba y se afeitaba sin necesidad de mirarse al espejo.  Seguro que la realista imagen que este le devolvería no seria de su agrado.  Vivió toda su vida sin espejo y cuando creía tener algo raro en la cara le decía a mi madre que se lo mirara.  Seguro que le daba más crédito la opinión de su compañera que la que le podía proporcionar el espejo.  El espejo, los espejos y los espejismo como fieles testaferros de nuestra andadura terrenal.  Los reflejos como el gran enigma de esto que llamamos vida.