viernes, 3 de noviembre de 2023

Única, diferente y universal


“Así es el arte señores
primero nació Sevilla
después nacieron las flores”


Estos tres enunciados de la cabecera son un claro referente de lo que representa la Ciudad de Sevilla. Única, diferente y universal. Esto mas que un ejercicio de “ombliguismo” es una palpable realidad que así lo demuestra su extensa y prolífica historia. Los elementos históricos de Sevilla están perfectamente contextualizados (archivados) en distintas entidades públicas y privadas. La Hemeroteca Municipal; la Universidad Hispalense; entidades como la Real Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País; el Ateneo y, como soporte fundamental, los Archivos Parroquiales. Todos nos ofrecen de manera fidedigna los avatares de esta Ciudad. Esta tierra le dio a la Roma Imperial tres emperadores (Trajano, Adriano y Teodosio). Al mágico mundo de la Literatura le ofreció cuatro grandes poetas considerados fundamentales en la historia de la Poesía ( G.A. Bécquer, Antonio Machado, Luis Cernuda y Vicente Aleixandre). Por estos lares también dejó su inmortal huella San Isidoro de Sevilla. Se nos configura como uno de los grandes pilares de la Teología y  la Filosofía. Obispo de Sevilla durante mas de tres décadas y considerado el ultimo Padre de la Iglesia. Un hombre dotado de una erudición impresionante y poco conocido en esta Ciudad. En 2012 se pudo cuantificar que eran 153 las Operas dedicadas a Sevilla (algunas de ellas de entre las mejores de la Música Clásica). El considerado “Pintor de pintores” es don Diego Velázquez y también era sevillano. Podíamos seguir citando grandes personajes del mundo de la Imaginería; la Pintura; la Escultura; la Música (con el Flamenco y la Copla a la cabeza); el Arte de los Bordados o el denostado Mundo de los Toros. Sevilla es y ha sido  fundamentalmente monumental y resiste de pie las bárbaras tropelías que a la largo de su historia se han perpetrado contra su Patrimonio. Siempre han existido sevillanos con un cierto poder institucional, social o cultural a los que les ha interesado “encerrar” a Sevilla entre las cuatro paredes de lo provinciano. Esto ya no es Sevilla: esto es “su Sevilla”.  La “Sevilla sin sevillanos” de la que nos hablaba don Antonio Machado. Sevilla o es universal o se pierde en los espurios laberintos de la mediocridad. No se puede encerrar una nube en una bolsa de plástico ni una plazuela sevillana en una postal turística. Aquí el elitismo de salón se difumina cuando la Macarena pasa por la calle Parras o el Cachorro cruza el Puente de regreso a su Barrio. Todo se resume en lo tecnológico como elemento vertebrador del futuro (la Ciencia) y las nobles tradiciones ancestrales (la Cultura y el Arte) como paradigmas de su enorme singularidad planetaria. Mal vamos cuando lo universal se confunde con la aldea global. Saber de donde venimos es fundamental para saber donde estamos y hacia donde vamos. La fibra óptica y las barandillas del Puente de Triana cogidas de la mano. Tradición y vanguardia siempre complementadas por lo universal. Pasado, presente y futuro cobijados a la sombra de la Giralda. Si Paris bien vale una misa; Sevilla bien vale una Novena.

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