Vivimos tiempos de incertidumbre donde la Naturaleza, una vez más, impone sus inapelables leyes. En un lugar de China se produce un virus de manera imprevisible, infecta a una persona y, a partir de ahí, la Aldea Global tiembla por todas sus esquinas. Nunca aprenderemos que por muy fiable que sea la armadura de un barco siempre será el mar quien diga la última palabra.
Ahora, como con la Luna, nos ha tocado vivir por Fases. Un largo camino hacia la "Nueva Normalidad" que todavía se nos antoja lejana en el tiempo. La "Teoría del Caos" en estado puro. Los días ya no se cuentan por horas ni minutos, sino por Grados de Confinamiento. Vivimos inmersos en un alto grado de información que nos resulta altamente agobiante. Se mezclan estos días la mezquindad y la generosidad más extrema. Informadores que mojan sus plumas en latas de gasolina y otros que informan desde el rigor y la objetividad. En la "Desescalada" a Fase-1 hemos visto comportamientos callejeros poco o nada edificantes. Son muchas las personas que han fallecido (y siguen falleciendo) como para no tomarnos esta situación en serio. Cuando esto pase, que sin duda pasará, nos quedarán los restos de un duro naufragio. Debían servir para recordarnos que la "Teoría del Caos" siempre está planeando sobre nuestras cabezas. ¿Aprenderemos algo de todo esto? Como cantaba Bob Dylan...."la respuesta está en el viento".
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