El Otoño de Sevilla tiene las mañanas largas; las tardes cortas y las noches interminables. Esta Ciudad, de nuestros amores y desvelos, está diseñada por y para la templanza. Otra cosa es que las prisas de los tiempos que nos ha tocado vivir terminen confundiendo a la Ciudad y, principalmente, a sus habitantes. Vivimos ya inmersos en estas tardes otoñales que todavía nos salvaguardan de la vorágine comercial que nos espera en los próximos días. Secuestrados por la reinante vulgaridad que nos rodea buscamos placeres donde no impere la ley del: ¿En efectivo o con tarjeta? Uno de estos placeres es escuchar al gran pianista chileno Claudio Arrau (1903-1991) interpretar a don Federico Chopin (1810-1849). Notas musicales que se pierden por el silencio de la tarde para desembocar en el muelle de la suprema belleza. No se trata de un ejercicio de falsa exquisitez adornado con ínfulas de fatuo cultureta. Se trata, en estos hermosos días de Noviembre, de mostrarle al alma de la Ciudad que hemos captado su mensaje de paz y sosiego. Chopin, Arrau y su sublime mensaje musical para ponerle banda sonora al Otoño sevillano.
jueves, 18 de noviembre de 2021
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