El Flamenco a lo largo de los años ha recorrido un más que interesante
trayecto hasta llegar a lo que hoy de manera unánime es reconocido: la Música de raíz más
interesante y completa del Universo. En la actualidad se representa en los
mejores teatros del mundo y cualquier evento musical que se precie debe de
tener al Flamenco en su programación. Cante, toque (guitarra) y baile como
elementos fundamentales del Arte Jondo. De donde viene el Flamenco es
sobradamente conocido pero lo verdaderamente importante, sin perder la esencia
de sus orígenes, es saber donde está y hacia donde dirige sus pasos (de baile).
A pesar del ancestral pesimismo de los agoreros de turno (los llamados
puristas) soy de los convencidos de que el Flamenco en la actualidad goza de
una excelente salud. Tenemos una amplia nómina de artistas jóvenes cuyos
discursos y propuestas artísticas se nos muestran verdaderamente deslumbrantes.
Son plenamente conscientes de donde vienen (conocen las raíces) y saben de
manera meridianamente clara hacia donde van. Se apoyan armoniosamente entre
ellos y recorren la senda universal que un día abrieron, entre otros muchos,
artistas de la talla de “La
Argentinita”, Vicente Escudero, Sabicas, Antonio Ruiz Soler,
Antonio Gades, Pilar López, Camarón, Carmen Amaya, Mario Escudero o, como no,
el llorado y añorado Paco de Lucía. Como muchos de mi generación siempre he
creído que el Flamenco tiene todavía una asignatura pendiente: su definitiva
vinculación artística con el Cine y la Literatura. Con
el Teatro ya hace muchos años que quedó incardinado tanto en el de tipo más
costumbrista (Pepe Marchena) como en la vanguardia más rompedora (Salvador
Tavora y su grupo “La Cuadra”). En el Cine a pesar de que figura en muchas películas
española (algunas llamadas despectivamente folklóricas) tiene pendiente, como
música universal, hacerlo en grandes películas internacionales. Con la Literatura ocurre más
de lo mismo. Solo en contadas novelas españolas y, fundamentalmente, en el mágico
mundo de la Poesía
aparece omnipresente el Flamenco. El
Jazz siempre contó con una rotunda presencia tanto en el Cine (fundamentalmente
dentro del llamado “Cine o Género Negro”) como en muchas grandes novelas. Su ambiente musical, la vida de sus artistas,
la época donde se mezclaba el Jazz con noches mafiosas de cabarets, ganters,
policías y políticos corruptos (nada nuevo bajo el sol) y la “Ley Seca” (posiblemente
la época donde se consumieron más litros de alcohol en EEUU). El Jazz se nos
aparecía como la banda sonora que redimía a todos de todo. En la actualidad se siguen haciendo grandes
películas que tienen al Jazz y a sus intérpretes como principales
referentes. El Flamenco, a pesar de que
su importancia no es inferior a la del Jazz, tiene todavía pendiente por
recorrer ese camino. Estamos, a que dudarlo, ante un mundo apasionante con
grandes vidas por contarse y situaciones verdaderamente estremecedoras por detallarse. Posiblemente
sea una tarea que se desarrollará a medio y largo plazo. Tendremos que esperar
todavía para que el Flamenco sea parte inseparable del Cine y la Literatura. Cuando
esto ocurra habremos recorrido el último tramo soñado por muchos flamencos.
Cine, Literatura, Teatro, Jazz y…. ¡Flamenco!
viernes, 6 de febrero de 2015
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