miércoles, 28 de septiembre de 2022

El pórtico de la desvergüenza


Hace unos días, dentro de la programación de la Bienal, “El Niño de Elche” actuó (eso es lo que hace, actuar: cantar flamenco ni puede ni sabe) en el Teatro Lope de Vega. Este “elemento” que es  fruto de una Sociedad donde todo, incluyendo el Arte y la Cultura, es motivo de confusión se retroalimenta de la provocación permanente. Se sube a los escenarios para soltar una sarta de sandeces con la esperanza de que los medios lo pongan a caer de un burro. Esa es su victoria y nuestra derrota: tener que escribir de Flamenco de alguien completamente ajeno al mismo. Aquí estoy malgastando mi tiempo escribiendo de un “cantaor” que se nutre de las escandaleras. El día que se subió (para denigrarlo) al mágico escenario del Lope de Vega la sala no llegaba ni por asomo al medio aforo. Sevilla, por su Historia y sabiduría, siempre ha sabido calar de inmediato a este tipo de farsantes. Reconozco que me resulta difícil de digerir la cacería mediática que los medios de comunicación aplican a los barrabasadas de este “cantaor flamenco”. Entiendo que esto forma parte de los objetivos que él persigue. Provocación igual a reacción e igual, por extensión, a nuevos contratos. Nada nuevo bajo el sol de Andalucía. La pregunta es, ¿quién lo contrata para la Bienal dejando fuera del evento a tantísimos grandes artistas?  ¿Quién o quiénes desde una falsa intelectualidad flamenca le han otorgado al “Niño de Elche” el título de vanguardista?  Esta Bienal, posiblemente como todas, nos está dejando momentos de una belleza suprema. La actuación de Vicente Amigo en el Maestranza o la de Tomasa Guerrero “La Macanita “ en la Iglesias de San Luis de los Franceses ya justifican por si solas toda una Bienal. Hoy nos queda como uno de los momentos más esperados el Baile de Manuela Carrasco en el Teatro de la Maestranza. ¿Merece la pena perder nuestro tiempo en debatir sobre estos ”flamencos” de pacotilla con la que está cayendo? En un ejercicio de cinismo pretenden comparar al “Niño de Elche “ con Rosalía. Por favor un poco de seriedad. Rosalía es una estrella deslumbrante con una proyección global y “El Niño de Elche” es un globo que hace tiempo lo desinfló la mágica aguja del Arte Jondo. El pórtico de la desvergüenza abierto de par en par por “programadores” y políticos de tres al cuarto.

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