Variaste de opinión
tantas veces como
de camisa. Nos decías:
renovarse o morir.
Pasaste por los colores
como la mariposa por
los pétalos de las flores.
Cambiaste la pancarta
por el despacho y la ilusión
la transfórmate en rutina.
Te justificabas clamando:
¡Ya nadie tiene principios!
Pillado en un renuncio
ya eres, ¡por fin!, portada de
periódico y carne de Juzgado.
Te metió tu desmedida ambición
dentro de la puerta giratoria
que lleva a los hombres
del honor a la desvergüenza.
Tu mundo de oropeles
se te quebró como la
caña de azúcar. Hasta tú
sombra se te aparta para
no comprometerse. No
busques ya tu pancarta
que la lleva otro soñando
con tu despacho. El continúo
circular que siempre mueve
a las puertas giratorias.
(de “Tiempo de Incertidumbre” -2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario