lunes, 9 de diciembre de 2013

Responsabilidades compartidas




Ideológicamente para una parte de la corriente izquierdista más insustancial la familia debe regirse como una cooperativa. Mientras, y como contrapartida, para la derecha más reaccionaria debería regirse con una  disciplina cuartelera. Existe un más que excelente Programa de televisión en “Cuatro” llamado “Hermano Mayor” donde se aprecia, en su más feroz radicalismo, la agresividad, insolidaridad y bajeza intelectual y moral a los que una mala -o nula- educación pueden llevar a algunos adolescentes.  Resulta patético comprobar en la pequeña pantalla los niveles de agresividad que son capaces de desarrollar contra sus padres y/o hermanos estos jóvenes y “jóvanas”.  Hoy los niños están sujetos a una serie de avatares que, en no pocas ocasiones, terminan por destruir sus proyectos de personas decentes, sacrificadas, bondadosas y solidarias.  Padres separados que utilizan a sus hijos como “moneda de cambio” para castigar a sus  ex-parejas.  Abuelos bondadosos que para paliar la ocupación laboral de sus hijos crían a sus nietos con los nobles –y hoy lamentablemente perdidos- criterios morales de su generación. Todo un cúmulo de despropósitos con el añadido de una Educación Institucional sometida a continuos vaivenes y profundos cambios. He repasado estos días, por ser de plena actualidad los compartimientos de algunos adolescentes hijos de famosos, los “Diez Mandamientos” que en su día escribió don Emilio Calatayud – Juez de Menores de Granada.  Nos decía lo siguiente:

(Decálogo para formar un delincuente).  1. Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que le pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece. 2. No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente. 3. Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas. 4. No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.  5. Recoja todo lo que él deje tirado: zapatos, ropas, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.  6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su cabeza se llene de basura.  7. Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.  8. Déle todo el dinero que quiera gastar, No vaya a sospechar que para disponer del mismo hace falta trabajar.  9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.  10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.

Poco más que añadir en una Sociedad, la nuestra, donde solo prestamos atención a los “Cantos de sirena” y obviamos todo lo sensato e inteligente que nos llega. A no dudar todos estos despropósitos nos terminarán pasando una cara y dolorosa factura.  Tiempo al tiempo.

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