Se cumple el primer año de mandato municipal de Juan Espadas y se suceden los balances políticos sobre las luces y
sombras de su gestión. Mi percepción
personal por lo que veo y por lo que escucho en la calle no es para nada
negativa pero si manifiestamente mejorable.
Siempre he tenido y tengo una buena opinión de Juan Espadas y de Antonio
Muñoz (el segundo de a bordo) y entiendo que la gestión que han llevado a
cabo en este primer año al frente del Ayuntamiento
es positiva. El mayor problema de Espadas
es (dado que no consiguió la mayoría en las últimas Elecciones) tener que
apoyarse en fuerzas políticas de las
llamadas emergentes que ni terminan de emerger ni dejan que lo hagan las demás. Juan
Ignacio Zoido había gestionado la
Ciudad con una
mayoría cómoda y amplísima que fue poco a poco dilapidando hasta, a pesar de
ganar las últimas Elecciones,
quedarse fuera de juego. Creo sinceramente que con Juan Espadas la Ciudad
tiene Alcalde para mucho tiempo (lo
mismo pensaba de Zoido y ya ven como
funciona mi faceta de Nostradamus). Juan Espadas está intentando gobernar
por y para Sevilla sin excluir a
ningún sevillano/a y priorizando de manera fundamental los graves problemas que
padecemos con el Paro a la cabeza.
Que nadie piense que gobernar una Ciudad
(Sevilla ni les cuento) resulta
fácil. En Sevilla el Paro es ya una
cuestión endémica y la pobreza, alarmantemente, se nos muestra progresiva (ver
los demoledores últimos informes de Caritas)
pero no sería justo culpar tan solo a Juan
Espadas de estos males. Bien está que se cuente con las demás fuerzas
políticas pero sin que estas te terminen imponiendo sus interesadas Hojas de Ruta. Lo que yo percibo en el día a día y los
elementos de que dispongo condicionan que tenga una buena valoración de este primer
año de mandato municipal. Juan Espadas
debe –o debía- seguir perseverando en el proyecto social y cultural que tiene
para esta Ciudad. Cada uno/a tendrá
su propia percepción de cómo van las cosas y en eso radica el verdadero sentido
de cualquier Democracia. España,
Andalucía y Sevilla ya no pueden ser gobernadas con la alternancia en el
bipartidismo. Pero esto nunca puede justificar que nos pongamos de manera
incondicional en manos de demagogos y populistas. En definitiva, valoremos la decencia, la
coherencia y la buena gestión. Nos va el
futuro en ello.
Juan Luis Franco – Viernes Día 17 de Junio del 2016
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