Ya viene siendo una costumbre perniciosa, estúpida y reiterativa que
cuando los expertos en “tirar balones
fuera” están aburridos (o descubiertos) se dedican a despreciar nuestra
forma de hablar (nuestro “acento andaluz”). Nada nuevo bajo un sol que, ya mismo, empezará
a calentar de lo lindo. Sinceramente no me gustaría estar en el pellejo de
aquellos que se consideran superiores en función del sitio donde nacieron o por
su manera de manejar el castellano. Cada
día que pasa me siento más orgulloso de ser sevillano, andaluz y español (lo de
europeo, aunque solo fuera por Mozart
y The Beatles, también me cuadra). Aclarando, eso si, que estas señas de
identidad que llevo con orgullo no me hacen superiores (ni tampoco inferiores)
a nadie. En Sevilla, esta amada y
denostada tierra andaluza, nacieron tres emperadores para la Roma
imperial (Adriano, Trajano y Teodosio). Entre los grandes poetas de la Literatura
universal en Andalucía nacieron ¡seis! Cuatro en Sevilla, como fueron Bécquer,
Luis Cernuda, Antonio Machado y Vicente
Aleixandre (Premio Nobel de Literatura-1977). Los dos restantes y no
de menor importancia son uno nacido en Fuente
Vaqueros-Granada llamado Federico
García Lorca (¿verdad que les suena?) y otro que nació en Moguer-Huelva al que los tiempos conocen
y conocerán como Juan Ramón Jiménez
(creo que también les sonará). En la pintura universal hay dos referentes
fundamentales. Uno, llamado Diego
Rodríguez de Silva y Velázquez, nació en Sevilla y el otro, nacido para el Arte y la vida en Málaga,
se llamaba Pablo Ruiz Picasso. Todos lo hicieron con “acento andaluz”. Podíamos seguir con otros muchos ejemplos que nos
situarían en la región más importante del mundo mundial pero no merece la pena.
Parece ser que lo único que cuenta es que hablamos “mal” el castellano. ¿Para qué seguir y para quienes nos
justificamos? Pero, no nos engañemos,
nuestros verdaderos enemigos los hemos tenido –y los tenemos- dentro de
nuestras propias filas andaluzas. Aquí,
entre los “nuestros”, están los que
desprestigian a Andalucía con su
servil comportamiento y cargado de falsos tópicos. Siempre hemos buscado en la
estupidez foránea los males que endémicamente nos aquejan. Somos nosotros, tan solamente nosotros,
andaluces de soles y lunas los que tenemos la obligación de cuidar y mimar a
esta tierra llamada Andalucía y, a ser posible, siempre con “acento andaluz”.
Juan Luis Franco – Martes Día 7 de Marzo del 2017
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