“¿Por
qué tienes ojeras esta tarde?
¿Dónde estabas, amor, de
madrugada,
cuando busque tu palidez cobarde
en la nieve sin sol de la
almohada?
- Rafael de León -
La Copla fue
un antídoto que nuestras abuelas y madres supieron utilizar para paliar la
orfandad sentimental de una larga y dura posguerra. Artistas inconmensurables
que llenaron de profundos sentimientos el día a día de nuestra infancia y
juventud. Era muy frecuente escuchar a
una mujer mientras lavaba en el patio de un corral de vecinos cantar las coplas
del alma. Pasar por una calle (callejuela es más coplera) y, desde la ventana
de un taller de costuras, escuchar cantar a coro la inmortal “Madrina” de, la no menos inmortal, Juanita Reina era atrapar la vida más
profundamente sevillana. Tiempos aquellos donde el Arte o era popular o no era nada. Fueron dejándonos, por
imperativos de eso que llaman “Ley de
vida”, todas las grandes artistas que tenían a la Copla como su mejor forma de expresarse. Nos
quedan entre nosotros tres artistas realmente fundamentales y a las que bien
haremos -cuando aún estamos a tiempo- rendirles en vida toda la pleitesía que
se merecen. Estas tres reinas de la copla son Paquita Rico, Antoñita Moreno
y Gracia Montes. Ellas, junto a otras,
fueron fundamentales para formar el armazón de nuestro andamiaje sentimental. Mi
madre gran amante de la copla y que además se cantiñeaba de bien para arriba siempre fue una gran
admiradora de Gracia Montes. Decía mi
padre que esta gran artista de Lora del Río
representaba en la copla lo que Manuel
Vallejo en el Cante: la dulzura
musical de nuestra tierra. Paquita Rico
que eternamente se pregunta “¿Donde vas,
Alfonso XII”? y a la que Dios, o la Madre Naturaleza, dotó de una belleza realmente
embriagadora. Antoñita Morena que
desde su Puebla del Río natal llegó
para cantarle saetas sublimes a las imágenes sevillanas mientras bordada con
hilo de oro la jota aragonesa. Y Gracia,
nuestra Gracia Montes de sueños
loreños, que mientras le canta a “Cariá la Sanluqueña” nos
aclara que.... “Soy una Feria”. Olas sonoras del mar bravío de Andalucía que el tiempo y nuestra
capacidad de soñar han situado en el olimpo de la eternidad. El Arte
hecho pueblo y el pueblo hecho Arte.
Juan Luis Franco – Miércoles Día 1 de Marzo del 2017
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