Por distintos motivos raro es el mes que alguna Editorial no me hace
llegar por Correos alguna de sus novedades (preferentemente de temas
flamencos). Sumados a los que yo compro,
tanto en el Mercadillo del Jueves como en Librerías, se me van acumulando una
buena cantidad de libros pendiente de lectura. Hace unos días hice un recuento
de los que tengo todavía pendientes de ser leídos y rondaban de largo el
centenar. Dispongo, gracias a Dios y a mi largo periodo cotizado, de una
decente jubilación disponiendo de mucho tiempo libre. Mis paseos matinales por
el Casco Antiguo de la Ciudad
son irrenunciables. Las tardes las alterno en escribir, leer, escuchar música,
ver algo de televisión, “bichear” por Internet y atender mis necesidades
domésticas. Pero dado que los años cumplidos son ya muchos y los pendientes de
cumplir una incógnita difícil de despejar, en no pocas ocasiones mi condición de voraz lector se nutre del
desosiego. Acabo de terminar un libro
que me prestó Santi Pardo de Juan Eslava Galán (“De la alpargata al
seiscientos”) y empiezo del tirón uno de Umberto Eco (“El Cementerio de
Praga”). Tengo asumido que no podré leer todo cuanto quisiera y me consuela el
saber que esto es común a todos los mortales (lectores). Hay tanto por conocer
y tan corto el tiempo que disponemos como para perderlo en nimiedades. Espero y
confío que otros se beneficien de la amplia biblioteca que he logrado formar a
lo largo de los años. Hacer conjeturas
de lo que pudo haber sido y no fue se nos presenta como un ejercicio tan pueril
como estéril. Leeré cuanto pueda y
procuraré cuando deje de existir haberme distanciado en vida del primate del
que dicen procedemos. Que tu vida haya
discurrido enmarañada en “El Tiempo entre lecturas” será algo que ya nadie
nunca podrá hurtarte. El placer, el
inmenso placer de leer, unido al ejercicio de vivir son como las ramas que se
prenden de los árboles. Mil vidas distintas a las tuya compartidas entre las
blancas hojas del mágico mundo de papel. El libro, los libros que dieron –y dan- forma
y sentido a nuestra existencia.
miércoles, 22 de enero de 2014
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