La alambrada del gallinero

De tarde en tarde me “meto” en algunos blog sevillanos que tienen un número considerable de “Visitas” diarias. Algunos son excelentes y con una positiva aportación al devenir de la Ciudad en sus hechos cotidianos y/o en sus peculiaridades históricas.  Otros, sin embargo, no tienen reparos en proclamar en su “Declaración de intenciones” que los han creado para “provocar”.  Nunca logré comprender  en el Arte, la Cultura o en lo Político-Social en que consiste –y para que sirve- realmente la provocación.  ¿Para despertar conciencias adormecidas?  ¿Para inducir a la ira a los que no piensan como nosotros?  ¿Para que los franco-tiradores disparen sus cobardes balas arropados en el anonimato?  Sinceramente no tengo muy claro la finalidad última que se persigue con esa programada “provocación”.  Este país, desde nuestra infausta Guerra in-Civil”,  vive instalado pertinazmente en el frentismo y parece ser que la cordura, el consenso y el respeto a las ideas ajenas ni están ni se les espera.  En nuestra amada y maltratada España la línea roja que separa debate, discusión, trifulca y balas siempre resultó muy estrecha. Este Blog, nuestro modesto Blog, se creó con dos objetivos fundamentales: emocionar desde los sentimientos compartidos y situar los temas en un necesario punto de reflexión. Cuanto escribimos lo elaboramos desde el respeto a las ideas ajenas y asumiendo que lo hacemos desde el plano de lo subjetivo. En muy contadas ocasiones se reciben comentarios y eso está bien. No queremos enmarañarnos en un permanente “dialogo de sordos” donde, casi siempre, las cosas permanecen como al principio (pero algo más envenenadas).  Aquí no se dan consignas políticas, sociales, ni tampoco culturales.  No creemos en la “Política de trincheras” y defendemos, prioritariamente, a la Ciudad que nos vio nacer, crecer y que un día nos verá morir. Por este corral las gallinas y los gallos de pelea no tienen su correspondiente alambrada y pueden pasearse en libertad.