Debo reconocer que no soy lo que se dice un gran consumidor de
televisión. La utilizo en momentos
puntuales y en ocasiones que entiendo me resultan interesantes y/o
gratificantes. Allá cada cual con la manera y forma en que suela emplear su
tiempo libre. Pero sin previo reconocimiento pocas veces hay a posteriori
sentimiento (ni conocimiento). Recuerdo
el pasado noviembre que leí una noticia en la prensa donde decía que a Kim Kardashian le habían robado en su
casa una serie de joyas de gran valor monetario. Me quedo un poco descolocado y entro en Google para averiguar, dado mi desconocimiento,
quien era esta mujer. Ignoraba si se
trataba de una actriz, una modelo o quizás una tenista. Pues bien resulta que Kim Kardashian es una mujer (la más guapa por cierto) de la saga de
las Kardashian. Este clan está
formado por seis mujeres (una madre y cinco hijas). Desde el año 2007 tienen un “Reality Show” de bastante éxito en la
televisión norteamericana. Allí exponen sin rubor una vida llena de lujos con
exposiciones públicas (y privadas) de las más diversas y variopintas. Todo en
aras de potenciar el continente en detrimento del contenido. He visto algunos capítulos de la citada serie
en la cadena “TEN” y la verdad es que
no dejan de ser un claro exponente de la sociedad que nos ha tocado en suerte
(o en desgracia) vivir. Se mueven en un
falso glamour donde la exquisitez se les escapa por las aristas de la zafiedad. Recuerdo una escena donde las hijas le
comentaban a la madre con total divertimiento que “la tarde anterior la habían escuchado como foll... como una loca”. En otra ocasión una de las
hermanas le comenta a una amiga que hace un par de días “que le pica el co... una barbaridad”. Llamar a esto
glamour es una ofensa a mujeres de la talla de Grace Kelly, Audrey Hepburn o Claudia
Schiffer. Pero lo cierto es que el
programa de marras tiene una audiencia millonaria y los publicistas se frotan
las manos. El “Show de Truman” de Peter Weir demostrándonos que aquello
que no aparece en televisión no merece la pena ser reseñado. Verdad o mentira
siempre será una cuestión secundaria.
Estas mujeres venden su privacidad y están en su pleno derecho pero
luego no podemos quejarnos de que Donald
Trump sea el próximo Presidente de
los EEUU.
Juan Luis Franco – Jueves Día 1 de Diciembre del 2016
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