Entré una mañana de estas pasadas Navidades en la Tienda de Música del “Corte Inglés” y allí estaban en los primeros puestos de los discos más vendidos. Se llaman Manuel de la Calva Diego y Ramón Arcusa Alcón, aunque todos los conocemos como el Dúo Dinámico. Llevan a sus espaldas una carrera musical que ya sobrepasa el medio siglo y ahí siguen incombustibles al desaliento. En este nuevo trabajo colaboran una serie de artistas contemporáneos de las más diversas vertientes musicales. Posiblemente ya les gustaría anunciar su marcha definitiva y dedicarse a otras actividades musicales -encuadradas dentro del campo de la producción-, pero su público –fiel e incombustible- no está dispuesto a prescindir de sus actuaciones en directo. A los pocos años de su primera retirada, y cuando ya estaban convencidos de no volver a pisar un escenario, ocurrió un hecho que los hizo cambiar de opinión. Su representante y manager les comentó que existían varias ofertas para volver a actuar en alguna de las discotecas más importantes del país. Se dan una tregua para comprobar cuantas actuaciones en firme pueden concretar y decidir en consecuencia. Coinciden que si el número llegara a 20 o 25 las harían en los meses de verano. Hicieron, ese año, desde junio hasta la primera quincena de septiembre ¡96 galas!, dándose la circunstancia de que algunos días hicieron doblete. Esto tiene una lectura romántica que pone cada cosa en su sitio. El Dúo Dinámico forma parte del patrimonio sentimental de mucha, muchísima, gente de más de una generación, y algunos de sus temas configuran la Banda sonora de la vida de muchas personas. Ellos irrumpieron con una serie de canciones que hoy se nos pueden aparecer como excesivamente almibaradas, pero que nos ayudaron a soñar despiertos en una época de grandes dificultades sociales y económicas. Introdujeron -o mejor intercambiaron- el Twist y el Rock and Roll donde antes estaba latente el Mambo y el Chachachá. En una fiesta que se preciara (los llamados “Picús”) de los años sesenta no podían faltar las canciones del Dúo Dinámico. Configuran la noble élite de los artistas eternos, pues siempre irán unidos a la capacidad que tenemos de soñar viviendo o, mejor, vivir soñando. Son el fiel reflejo de una etapa de nuestras vidas donde éramos insultantemente jóvenes. Escuchar de nuevo sus canciones posiblemente nunca nos podrán quitar años, pero si aportarnos alguno de los sueños de la juventud perdida. No es un canto de melancolía hacia el paraíso perdido, sino una sutil y hermosa manera de volver a andar sobre el camino recorrido. Somos lo que un día fuimos y el Dúo Dinámico nos concilia con lo mejor de nosotros mismos. Que la “Quinceañera” de su Canción tenga hoy artritis reumatoide, y que “Mari Carmen” ya no esté para muchos bailes, son cuestiones secundarias. Tener la sensación de haber vivido la ilusión de la juventud es, al final, lo único que cuenta. Sigue el “Dúo Dinámico” resistiendo y nosotros con ellos. Todos unidos a su pentagrama musical y sentimental. “Es Mari Carmen dijeron todos……”.
domingo, 25 de marzo de 2012
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