miércoles, 23 de octubre de 2013

No pasa nada






“Aquí no pasa nada; mejor dicho, pasan
 tantas cosas juntas al mismo tiempo
que es mejor decir que no pasa nada”
- Jaime Sabines –

Vas una mañana a tomar café donde lo haces desde hace unos años y te lo encuentras cerrado. Ya el dueño te adelantó que no podía continuar perdiendo dinero. Acudes a tu Kiosco de Prensa habitual a por el periódico y te recibe un cartel de “Se traspasa”.  Te cruzas en la calle con el hijo mayor de tu vecino y te dice que anda desesperado buscando trabajo y que no queda una Empresa en Sevilla que no tenga su currículo. Te pasas a saludar a un amigo a su sitio de trabajo y te dicen que desde hace un par de días ya no está trabajando allí. No pasa nada o al menos eso quieren que creamos “nuestros” políticos. Nos dicen que estamos instalados en una especie de pandemia que remitirá con el paso del tiempo. Un día nos despertaremos y al levantar la persiana de nuestro dormitorio comprobaremos gozosos que vuelve a salir el sol. La Crisis ya estará felizmente finiquitada (en diferido). Todo habrá sido un mal sueño y las cosas volverán a ser como antes. Igualdad de oportunidades para todos en la Educación. Una Sanidad eficiente, gratuita y universal. Una reglamentación laboral que posibilite la ausencia de abusos patronales. Unos jueces que más que interpretarlas apliquen las leyes. Unos políticos que sirvan a los ciudadanos y  no utilicen la Política para sus fines privados y/o corporativos. Unos Sindicatos que prioricen los intereses de los trabajadores y no los suyos. Una Cultura libre y sin más atadura que la posibilidad de la gente en poder consumirla.  Mientras, aquí no pasa nada o al menos eso quieren que creamos. El deterioro de la credibilidad de Partidos Políticos, Sindicatos, Bancos y Organizaciones Empresariales es creciente e ¿irreversible? Pero quedamos tranquilos al saber que no pasa nada o al menos eso pretenden que nos creamos. Un día volverá a emerger el falsamente llamado “Estado del bienestar” y las cosas volverán  a su normalidad. ¿De verdad creen que  somos tan bobos? Dice una eficaz campaña publicitaria…”Yo no soy tonto”.  Parece ser que nuestra maltrecha clase política así lo cree a pié juntilla. Termino con dos reflexiones ajenas que no tengo complejos en asumir íntegramente: “Los Estados no pueden sostenerse sin que los ciudadanos se sientan orgullosos de ellos” (Manuel Vicent)  y/o “Pongamos atención cuando hablan de brotes verdes: hay que estar alertas para ver quien se los come” (Soledad Gallego-Díaz). Pues eso, posiblemente sea verdad –o mentira- que al final  aquí nunca pasa nada.

No hay comentarios: