domingo, 20 de octubre de 2013

Tauromagia



Suena en mi ordenador la guitarra de Manolo Sanlúcar en su inmortal “Tauromagia”. Sin dudar estamos ante la mejor obra discográfica de guitarra flamenca de todos los tiempos. Suenan sus acordes en el complaciente silencio de la madrugada. Los temas de este sanluqueño universal se encadenan como uvas de un racimo enredadas a una parra en el “Cortijo de Evora”. La tierra brota en sus acordes y el Toreo y el Flamenco se enredan como las cuentas de un rosario. Los viñedos y las dehesas andaluces se conjugan amorosamente en los sonidos de la genial sonanta de Manolo Sanlúcar.  Dale al aire de la tarde un acorde flamenco y un capote de paseo y en los balcones del cielo Dios colgará la bandera verde y blanca. La manzanilla y el agua fresca del pozo alivian el sudor de los jornaleros andaluces. Encarnación “La Sallago” y Paco Ojeda se pierden en el cromatismo de los atardeceres de la “Playa de las Piletas”. Pepe Luis y Vallejo se citan en el Puente de San Bernardo para ir a la Puerta del Osario en busca de Pastora y Tomás. Toreo y Cante; Cante y Toreo para dictar una lección magistral de lo que por aquí entendemos por Arte. Suena la guitarra y llora el viento solano entre los olivares andaluces. Avanza la música flamenca en la noche y, con ella,  avanzamos nosotros en busca de los paraísos perdidos. “Puerta del Príncipe” para despedir los sonidos majestuosos de la mejor guitarra jamás soñada. Los toros duermen placenteros arrullados por el reflejo de la luna y las guitarras, exhaustas de emociones, se cobijan en sus negras fundas. El río Betis busca desde la Triana cantaora el beso soñado con sabor a manzanilla que le espera en Sanlúcar. El Flamenco y el Toreo se hermanan con los mágicos acordes de una guitarra.  Las tahonas sanluqueñas cuecen el pan nuestro de cada día y el albero maestrante se desliza suavemente por entre las Atarazanas del Barrio del Arenal. Octubre avanza imparable y se lleva consigo el llanto y la alegría de la guitarra. Hoy ya es ayer y mañana Dios dirá. La gloria flamenca existe y se llama…. ¡Tauromagia!

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